Uno de los locutores deportivos más veteranos acaba de decir que se acabó. José Ramón de la Morena, figura de la SER durante décadas y desde hace algunos años en Onda Cero, no continuará al frente de su programa nocturno. Tiene 64 años y mucho, mucho dinero. Lleva haciendo radio 40 años, cien mil batallas, y una trayectoria basada en "hacer amigos", como su gran rival histórico, José María García. Cuando se enfrentaba a él, De la Morena era el progre y García el carca, pero cuando el segundo se fué, se quedó solo delante del espejo. Y no era ni tan progre ni tan abierto, sólo más joven. Y exuda machismo: buenos ejemplos, lo que dijo de la modelo televisiva Alba Carrillo cuando salía con el portero del Madrid Courtois, o intervenciones penosas como ésta:
La cuestión es que el hombre dice que se va no por agotamiento, para dejar el paso a nuevas generaciones o porque simplemente, le da la gana y punto. A través del micrófono de su programa 'El Transistor', ha explicado que será padre por cuarta vez con su nueva pareja, y no quiere repetir los errores del pasado. Se intuye quién se hizo cargo exclusivamente de los tres anteriores, y que la conciliación le sonaba a chino. Ahora, a los 64 y con la vida resuelta, decide esto. Y la opinión pública se llena de loas y alabanzas no sólo por su carrera, si no por ser considerado un ejemplo a seguir. Un alud que hace alucinar alguien que conoce bien cómo es trabajar en la radio, como Natza Farré: la comunicadora, guionista y activa defensora de los derechos de las mujeres le ha dedicado su particular despedida. Lo fulmina. A él y a sus admiradores.
El tiempo de De la Morena se acaba en la radio y lo dedicará supuestamente a hacer de papi. Que vaya tranquilo y que lo eduque mejor.