El españolismo tenía ayer una cita en la plaza Colón de Madrid. A las 12 del mediodía, 45.000 votantes de la derecha intentaron inundar el centro de la ciudad de banderas españolas. Entre ellos, algunos vips anticatalanes reconocidos: Carmen Lomana, Isabel Rábago, Toño Sanchís... a la concentración sólo faltó Josema Yuste, que quizás estaba preparando la cita que tenía por la noche en el Chester de Risto Mejide.
El ex de Martes y Trece no paseó la bandera española por la manifestación anticatalanista de Colón, pero le faltó muy poco para sacarla a relucir en el plató de Cuatro. Pocos meses después de sumarse a los ataques contra el catalán Dani Mateo por su gag de la bandera y ensañarse contra él porque se sintió ofendido ("es una gilipollez", decía), Yuste tenía claro que una de las primeras preguntas de Risto sería dónde están los límites del humor. Y como lo sabía, ya venía con el discursito preparado de casa: "Uno puede hacer humor de lo que quiera. Pero yo hay cosas con las que no juego: símbolos por ejemplo... La bandera española (y la catalana o la extremeña, añade. Que no se note...). Con la bandera hay que tener tacto y cuidado".
Josema habla de los límites del humor, los símbolos y la polémica de la bandera de España con Dani Mateo #ChesterSmile https://t.co/6eyftVX1dB
— CHESTER (@Chester_cuatro) 10 de febrero de 2019
Josema Yuste empatiza más con la bandera española que con las personas. La hipersensibilidad que muestra cuando alguien se suena con un trapo rojo y amarillo desaparece cuando le preguntan por sus gags más polémicos, en los que se burla de las mujeres maltratadas y los homosexuales. De su chiste sobre las mujeres que sufren violencia machista, dice que no lo volvería a hacer, aunque no queda muy claro si lo dice por vergüenza o por miedo a que le llamen de todo: “Yo no volvería a hacer el sketch de la mujer maltratada, a pesar de que no criticamos nada. Es una cosa blanca”. Con un par. Pero Josema no nos ha dado todavía bastante vergüenza ajena y a medida que intenta justificarse, se hunde más y más en el lodazal de su propia indecencia: “Han pasado 30 años y el contexto de esa España era diferente al de ahora. No estamos diciendo nada en desfavor de las mujeres maltratadas. Es una cosa absurda. Pero si lo sacas de contexto es acojonante. Aquello en ese momento estaba hasta bien visto. Seamos sinceros y no hipócritas”.
Sobre el famoso gag "Maricón de España", todo lo que puede decir es que le hace gracia que alguien explique que es gay: “Es precioso porque es un cantante que sale del armario. Tiene pluma, reconoce que es maricón y a mí me parece graciosísimo. Me encanta. Me parece divino”. En fin, paciencia.
Josema Yuste se troncha de risa mientras, entre el público, casi todo el mundo lo mira con cara de circunstancias. Humor casposo que sólo le hace gracia a él mismo.