Josep Cuní está cerrando una etapa más de su dilatada y prolífica carrera periodística. Ha hecho de todo y, muy importante, lo ha hecho bien. Durante muchos años ha sido el comunicador de referencia en Catalunya, especialmente en su etapa en 'Els Matins' de TV3 y más tarde en la antigua 8tv. Cuando dejó la pequeña pantalla volvió a sus orígenes, a la radio. La Cadena SER lo fichó ahora hace 4 años encargándole un espacio a su medida, 'Aquí Cuní'. Una aventura en la que ha podido hacer lo que más le gusta, preguntar, entrevistar, charlar tranquilamente con políticos, médicos, actores y todo tipo de invitados, sin la presión de hacer grandes números de audiencia. Una empresa complicada, con un Jordi Basté intratable y una Laura Rosel cada día más fuerte.
Como explicamos hace un par de semanas en EN Blau, es hora de bajar la persiana del programa de Ràdio Barcelona. El contrato que lo ligaba a la SER expiraba y no se prorrogará, no renueva. Una noticia triste para sus seguidores, claro, y también para su equipo de profesionales, que fueron los primeros en enterarse de la decisión del de Tiana. Su marcha llegará en el mes de julio y ahora es la hora de las despedidas. No por parte del periodista de 68 años, sino de los invitados que pasan por su micrófono. Por ejemplo esta misma mañana, con la presidenta de los Comunes en el Parlament de Catalunya, Jessica Albiach, dirigiéndole palabras de respeto y agradecimiento. La fórmula, sin embargo, no ha convencido del todo a Cuní, de que la ha matizado fiel a su estilo contundente, directo y elegante.
"No sé si será la última entrevista que haremos, pero quería decirte que te echaremos mucho de menos", le ha confesado la valenciana. Bonito, pero sonaba a epitafio. Y Josep está muy vivo, muy en forma. Una cosa es que un proyecto se acabe y otra muy diferente que deje el periodismo, la información y el análisis para dedicarse a la cría de palomas mensajeras o a mirar obras en la vía pública. De jubilarse, nada. Bajará el ritmo, descansará más, tendrá más control sobre su vida y su tiempo libre, pero no está dispuesto a hacer según qué cosas. Al margen de las ya mencionadas, Cuní le ha espetada una actividad descartada más a Jessica: "No creo que vaya a jugar a la petanca, si es eso lo que le preocupa".
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El futuro de Josep es una incógnita, sí, pero hay algunos rumores que circulan en la profesión que tienen verosimilitud. Por ejemplo, que le ofrezcan un espacio de entrevistas o reflexiones al estilo de aquellos que hemos ido viendo de periodistas míticos cuando llegan a cierta edad, como Mercedes Milán. Otro de los más plausibles es que continúe ligado a la misma empresa, o mejor dicho, a la matriz de la SER, el Grupo Prisa. Y que emule a otro de los comunicadores insignia de la casa: Iñaki Gabilondo. El vasco no ha dejado de comunicarse con los oyentes y espectadores a través de vídeos, podcasts y columnas. Es un tótem en el Estado español, de la misma manera que Josep lo es en Catalunya. Menos trabajo pero de calidad, para entendernos. Todo podría ser.
Sea como sea, lo que es seguro es que tiene mucha cuerda y muchas cosas que decir. Aquí Cuní, ahora y siempre. Una voz que siempre aporta.