Josep Maria Mainat es uno de los hombres que más sabe de Televisión en España. Productor televisivo de los programas más vistos durante décadas, como Crónicas marcianas y Operación triunfo. Ahora se mira los proyectos de otros y presta atención al experimento conjunto de dos productoras catalanas tan diferentes como La Fábrica de la Tele (Sálvame) y Minoria absoluta (Polènia y Está passant) que Paolo Vasile ha unido para salvar las tardes de Cuatro con Todo es mentira, presentado por Risto Mejide. El resultado está siendo muy decepcionante. Del 4% del estreno al 2,7% (2,5% en Catalunya) del último programa. La irrelevancia.

Cuatro

El logo de las dos exitosas productoras deja claro que la empresa de Toni Soler y la de Óscar Cornejo tienen alguna cosa que decir en un programa, el suyo, que no está encontrando su lugar. Ahora empieza a ser alguna cosa con Risto enfrentándose a Eduardo Inda por las fake news de su diario sobre la casa de Pablo Iglesias. Mejide no escoge enemigo pequeño. Días antes ya reveló que Josep M. Mainat y Toni Cruz, sus jefes en OT, lo obligaban a votar a favor o en contra de triunfitos según los intereses del programa. Un hecho que sólo sorprendería, de ser cierto, a los adolescentes que confían en la pureza del talent show. Los adultos ya suponemos que el jurado es una herramienta más del show. Y Mainat se la ha devuelto sacando el hacha, o el martillo:

TV3

Mainat se la tiene jurada a Risto y ya escribió: "La mayoría de cosas que decía Risto en Operación Triunfo las escribía yo". Ahora está atento a las audiencias y ya hace días que comprueba que Todo es mentira se estanca en el 4%, 3%, 2% y tiende peligrosamente a la desaparición. Mainat captura las audiencias donde sale un 2,1% al lado del programa de Mejide y aporta dos palabras "Caram, caram", la versión catalana de "Vaya, vaya". El crítico de TV Alberto Rey ya ha advertido del peligro que corre Mejide clamando contra todos desde su programa, como los niños que lloran sólo cuando hay un adulto mirándolos: "Dicen que los niños no lloran si no hay nadie mirando. Eso le pasa al nuevo programa de Risto Mejide: no hay nadie mirando, así que llorar no tiene sentido".