Josep Pedrerol vive y trabaja en Madrid desde hace muchos años. Allí presenta y dirige cada mediodía el Jugones de La Sexta y a la medianoche, El Chiringuito de Mega. Sobre todo desde este programa el presentador y periodista catalán sulfura a los culés a menudo porque a pesar de jurar y perjurar que es del Barça, no lo parece. A menudo irrita a la bancada culé con sus comentarios, que parecen más próximos a los Tomás Roncero, Juanma Rodríguez y compañía, que a los de Jota Jordi, Cristóbal Soria o el Lobo Carrasco.
En sus redes sociales, una de las cosas que hace habitualmente, cuando recorre arriba y abajo, especialmente de vacaciones, es hacerse fotos en lugares emblemáticos del país o del planeta. Así, lo hemos visto en Times Square de Nova York, en el Pilar de Zaragoza, en el Arco del Triunfo de Barcelona, en la Puerta de Brandeburgo, en Berlín o en la Fontana di trevi en Roma:
Evidentemente, viviendo en Madrid, la capital española se la ha recorrido por activa y por pasiva, y son muchas las imágenes que ha publicado desde los sitios emblemáticos de Madrid.
Una imagen, sin embargo, en uno de los lugares más emblemáticos y característicos de la ciudad, ha generado una avalancha de respuestas y reacciones por parte de la red. Una imagen desde un lugar importante de Madrid, pero curiosamente, un lugar mítico para una parte muy concreta de los madrileño, para la parte madridista de los madrileños, para ser exactos. Porque Pedrerol ha ido hasta la Cibeles, lugar de reunión de los aficionados merengues cuando su equipo consigue algún título. ¿Qué le ha llamado la atención de lo que ha visto? ¿Alguna bufanda de Sergio Ramos que todavía ondea en el cuello de la diosa? ¿Algún elemento del máximo rival, el Barça, decorando la zona? No. Le ha molestado una publicidad, concretamente una publicidad de una colonia de Giorgio Armani: "¿Por qué permiten poner publicidad que tape la Cibeles?", se pregunta, antes de escribir un hashtag con una de sus frases marca de la casa: "#AsíNo":
La reacción no se ha hecho esperar, especialmente, por parte de los ciudadanos que le recuerdan que es la publicidad habitual de las paradas de autobús, y que si no quiere publicidad, que ponga él la pasta para el transporte público de los madrileños:
Seguro que a partir de ahora, en su programa tampoco habrá nada de publicidad... Seguro.