El exconseller de la Generalitat Josep Rull estuvo, los últimos días, recorriendo el tramo Manresa-Montserrat de la Travessa per la Llibertat al lado de Jordi Turull, la iniciativa que empezó el pasado 10 de julio como agradecimiento a los que le han dado apoyo a él y al resto de los presos políticos independentistas.

Rull compartía con sus seguidores la emoción por participar en la iniciativa, y expresaba su "gratitud infinita por todo el apoyo recibido a lo largo de esta cautividad ignominiosa que hemos sufrido".

Jordi Turull y Josep Rull haciendo el tramo Manresa-Montserrat de la Travessa per la Llibertat / @alexsastre83 vía Twitter

Después de emocionarse y de caminar con su compañero y amigo Turull, y acompañados también de quien le sucedió en la conselleria, Damià Calvet, ahora Rull ha ido mucho más arriba. Si el domingo tocaba de pies en el suelo, lo que ha hecho este viernes es todo lo contrario. Porque el exconseller de Territorio y Sostenibilidad, hoy, ha sentido la emoción prácticamente de volar.

Rull, acompañado, también, de Calvet, ha visitado el embalse de la Llosa del Cavall, en el pantano del río Cardener, en el Solsonès. Un lugar ESPECTACULAR, con unas vistas, eso sí, que impresionan y que te generan unas cosquillas en el estómago sólo de verlas.

Josep Rull / @joseprull

Una vez allí, Rull se ha armado de valor y se ha atrevido a dar un salto al vacío alucinante desde la presa del embalse. Ni más ni menos que 122,3 metros de altura. Una barbaridad. Y allí, muy arriba, Rull se lo miraba desde arriba y ha osado dar el paso adelante y caer todos estos metros, bien asegurado con un arnés. "Dijimos que no tenemos miedo, y no tendremos miedo", promete mirando a cámara. Y una de las virtudes de Rull es que cuando dice alguna cosa, la lleva a cabo.

Y dicho y hecho. Últimas comprobaciones, últimas indicaciones de la dirección donde tiene que saltar. Cuenta atrás, 3, 2, 1... y un puenting brutal, que no todo el mundo se atrevería a hacer, pero que él ha conseguido, provocando la comprensible euforia.

¡"Finalmente lo he podido hacer! Con determinación. Saboreando la libertad". Un mensaje que emociona y que tiene un doble valor sensacional. Precisamente quien ha grabado las imágenes ha sido el mismo Calvet, que dos años atrás ya hizo como ha hecho hoy Rull. El salto que ha dado Rull es el tercer salto de puente más alto del mundo, sólo superado por el de la presa del valle de Verzasca, en Suiza, de 220 metros de altura, y otro situado en Rumania, de 160 metros... Pero tiene pinta que le ha encantado la experiencia, así que, quién sabe si irá a por ellos también.

Precisamente, su compañero y amigo Jordi Turull, al verlo, no ha dudado en felicitar a Rull, diciéndole que no se lo acababan de creer cuando se lo explicaba en la prisión:

Celebramos la determinación, el valor, y por qué no decirlo, las narices que le ha puesto el político con el fin de conseguir su objetivo de saborear la libertad... Haciendo puenting o sin hacer puenting.