Lo ha vuelto a hacer. El rey Juan Carlos se ha caído de bruces. La diferencia es que ahora caer con 82 años ya puede ser más peligroso para la salud. Lo revela Paloma Barrientos en el digital Vanitatis: "Al salir del coche que le trasladaba a un almuerzo con amigos, el emérito tropezó y cayó al suelo. Afortunadamente, el escolta pudo aminorar el golpe". Esta vez no hay imágenes porque Juan Carlos no tiene agenda oficial y lo hace todo lejos de los focos. Pero la hemeroteca está llena de natas del rey:
Según fuentes de Zarzuela no necesitó hospitalización e hizo vida normal: "Una vez pasado el susto, al emérito le recomendaron contar con la opinión de un experto por si existía alguna complicación". Hace poco el padre de Felipe ya se cayó al chocar con una mesa que no había visto y le quedó la cara marcada.
La prensa rosa quita hierro a las caídas del rey e intentan vender que el octogenario cae a menudo pero en realidad pasa el tiempo haciendo regatas o caza de perdices. Lo que pocos explican es que Suiza investiga una supuesta donación millonaria de Juan Carlos a Corinna. Esta sí que será la nata definitiva del rey Juan Carlos y quien caerá no es él sino la monarquía.