Este fin de semana se conocía la tragedia que se ha vivido en Murcia, después de que un incendio en la discoteca Fonda Milagros provocara la muerte de 13 personas y 24 heridos, la peor tragedia en un local de ocio en España desde 1990. Los investigadores de la Policía Judicial y Científica han tenido que esperar casi 48 horas para acceder al local, mientras los bomberos lo aseguraban, por las altas temperaturas y el mal estado en que ha quedado la infraestructura. Según el ayuntamiento, los dos locales incendiados no tenían autorización desde enero del 2022, aunque la empresa mantiene que todo está en regla. Desde que se ha sabido la noticia, diferentes programas han informado, evidentemente, Espejo público también. El programa presentado por Susanna Griso, por ejemplo, entrevistaba este lunes a la madre de uno de los desaparecidos. Las palabras de Griso, a muchos espectadores les han parecido que no aportaban nada al comprensible dolor de la mujer: "¿Te preparas para lo peor, verdad? Todo nuestro cariño desde aquí. Sé que no te sirve de mucho en este momento, pero como madre no me quiero imaginar una situación parecida, que me llamen a las seis de la mañana para decirme que ha habido un incendio y que mi hijo no ha vuelto a casa".
Después de hablar con ella, Griso da paso a la mesa de tertulianos. Entre ellos, Juan Soto Ivars, murciano, por cierto, que conoce el lugar de los hechos. El periodista, sin embargo, cuando coge el turno de palabra, sorprende por la crítica que ha hecho a este tipo de informaciones y a cómo algunos programas, empezando por este donde él colabora, alargan el chiclé para conseguir más audiencia a costa del dolor ajeno. Soto Ivars ha atizado a los programas como Espejo público por hacer un sensacionalismo pornográfico con la información, que no lleva a nada. Solo recibir la pregunta de Susanna Griso, primera bofetada con la mano abierta sobre cómo muchos programas cuentan con voces no autorizadas, incluyéndose: "Como no soy experto en incendios ni en fuego, ante una cosa como esta prefiero no decir nada. Sí nos pediría a nosotros que cuando pasa una cosa como esta se nos lleva por delante el sensacionalismo". Y lo ejemplariza concretamente con la entrevista que acaba de ver en su propio programa.
"Yo realmente no me siento cómodo con estas entrevistas que hacemos. ¿Cómo va a estar esa madre? ¿Qué le estamos ofreciendo al público para que vea una madre destrozada porque no sabe dónde está su hijo? Los medios debemos reflexionar sobre lo que hacemos en estas situaciones". Crítica demoledora, y todo el mundo callado: "No soy experto en incendios, no sé nada de fuego, no sé nada de las fases del duelo, pero sí se algo de periodismo. Y realmente quiero hacer una reflexión aquí, ya que estoy aquí sentado: no hagamos sangre. El dolor es incalculable, pero es intransmitible. No sé qué aportamos entrevistando en este momento a esta pobre mujer. Me he sentido muy incómodo y quería decirlo. Tenemos que cogernos las riendas a nosotros mismos, de decirnos: 'Bueno, esto es terrible, a lo mejor no tengo nada que decir'. Podría decir gilipolleces sobre estas dicotecas en las que he estado, pero es que prefiero no decir nada, prefiero callarme y dejar a la gente sufrir. Es terrible". Y acaba con una pregunta a la Griso: "¿Qué más se puede decir, Susanna"?
¿Y qué dicho la Griso después de ser interpelada? O los otros contertulios?: "Se pueden decir muchas cosas, entre ellas, depurar responsabilidades. ¿Qué se ha hecho mal"?... Griso se pregunta acerca de qué se ha hecho mal en la discoteca de Murcia. Lo que no se ha preguntado a ella misma, ni evidentemente, se ha dado respuesta, es acerca de qué han hecho mal en su propio programa, tal y como reclamaba Soto Ivars.