El último capítulo de 'La Roca' ha sido especial. Había una diferencia sustancial respecto del resto de emisiones del programa de La Sexta. Su conductora principal no estaba: Nuria Roca había dado positivo en covid y se tenía que quedar en casa. Su lugar tuvo un sustituto muy previsible: su marido y colaborador de cabecera, Juan del Val. Todo queda en casa. La cosa tenía su aquel: de repente se planteaba un duelo mediático bien morboso, si es que Del Val era capaz de mejorar los pobres registros de audiencia de la valenciana en esta aventura profesional. Un reto que parecería fácil, porque el espacio encadena cifras irrelevantes cada domingo.
La pareja empezó el programa con una "matrimoniada" de manual pero más tecnológica: hologramas y videoconferencias, sí, pero los mismos chistes manidos de siempre. Nada nuevo. La cosa acabó en empate técnico, cuando menos en España. Juan hizo un 4'1%, mientras que la semana anterior Nuria hacía un 4'2%. En Catalunya, sin embargo, el recién llegado sí que le birló la merienda con un 3%, mientras que Roca hacía un 2'6% ahora hace siete días. Quizás el 0'4% de diferencia llegó de un colectivo muy determinado y exiguo: por ejemplo, de los constitucionalistas y españolistas en Vic. Exacto, son 4 gatos, o 0'4% gatos, mejor dicho. Un grupo que aguantó durante 4 horas y media frente al televisor para ver a uno de los suyos escupiendo contra los independentistas. El protagonista, Alejandro Fernández, líder del PP catalán, abucheado el sábado en la capital de Osona. Una de aquellas excursiones a bastiones indepes con tufo a provocación y que genera la reacción airada de los vecinos de la localidad. Fernández recibió insultos, gritos y rechazo. Música celestial para el relato de "independentistas malos", y del que 'La Roca' intentó sacar provecho.
El tema tampoco hacía vibrar demasiado a la dirección del programa, porque a pesar de haber anunciado la entrevista de Alejandro desde las 15:30h, no entró en antena hasta las 19:56h y 26 segundos para despedirlo a las 20:00h y 22 segundos. Lo decimos con exactitud porque una de las cosas más útiles de 'La Roca' es que tiene un reloj en pantalla, cumpliendo un verdadero servicio público. 3 minutos y 56 segundos en total que Alejandro no desperdició, claro, para hacer aquello que dicta el manual en estos casos: hacerse las víctimas y quedar como santitos.
El resumen, evidentemente, es sencillo. "Son xenófobos", dijo el del PP, sin que el presentador hiciera ningún comentario al respecto. ¿Pa'que, verdad? Alejandro también dejó algunas pinceladas más del ideario de esta parroquia: "Nos llaman colonos y botiflers aunque hayamos nacido aquí. Españoles, no os relajéis: ahora no hay riesgo de independencia como en 2017, pero en convivencia estamos peor". Eso de dibujar climas de guerra civil ya estaba inventado por Albert Rivera. Y mira como le fue. En todo caso, las palabras de Fernández provocaron un fenómeno curioso y que no deja a 'La Roca' en buen lugar: hubo muchos más comentarios en su cuenta que en el del programa, que no la mira casi nadie. El constitucionalismo le compraba la 'moto' con pasión, mientras que los indepes se reían del numerito. Un clásico.
Ya no es que no quieran vivir con el resto de los españoles...es que tampoco quieren convivir con los catalanes que no pensamos como ellos. pic.twitter.com/8r4TSwtJ5n
— Alejandro Fernández (@alejandroTGN) January 23, 2022
Tanto monta, monta tanto: Roca y Del Vale son lo mismo.