132 días o 4 largos, convulsos y misteriosos meses después, ha vuelto. Ha reaparecido. El actor Juan José Ballesta ha puesto fin a una etapa muy oscura de su vida. Opaca. Nadie, excepto sus íntimos, sabían qué hacía, dónde estaba y cómo estaba. Bien, este último punto no es exactamente así: estaba fastidiado. Perturbado, hecho trizas, hundido. Desde que su última novia, Jacqueline, rompiera la relación con el intérprete de 'El Bola', el madrileño había caído en una espiral autodestructiva imparable. La mochila personal no ayudaba: separado de Verónica Rebollo, su mujer y madre de su hijo Juanito (lo tuvo con 20 años), tenían problemas por la custodia y la manutención. Ballesta dejó de hacerse cargo del adolescente, que había vivido con él mucho tiempo. Con la marcha de Jacqueline, cambió de prioridades y necesidades: juerga, amigos, desenfreno y actitudes reprobables. Un drama. Y después, la desaparición total.
La versión oficial, sostenida por sus padres, era que estaba preparando su próximo trabajo cinematográfico. La más verosímil, que le recomendaron desaparecer. Cada vez que asomaba la cabeza era peor. Algunos de los mensajes que ha ido dejando como rastro eran muy angustiantes: "Moriremos jóvenes", "me tiro todo el día llorando, macho," "no valgo para estar solo", "me lo paso muy bien con los colegas, pero..." Se hacen una idea de la magnitud del calvario personal de Juanjo, incapaz de superar una nueva decepción amorosa.
El cambio radical de Ballesta no dejaba indiferente: de simpático y vitalista a huraño e irreflexivo
Buenas noticias: lo han localizado, lo hemos vuelto a ver. El programa 'Socialité' se ha hecho eco de las imágenes que acreditan que no se ha evaporado, que sigue vivo y aparentemente bien de salud: la física y la mental. Esta es la más preocupante. El cambio experimentado por Ballesta no dejaba a nadie indiferente: de ser un tipo campechano, divertido, simpático, amante de los animales y de las cosas sencillas, a un huraño que acosa a reporteras de televisión, que las lía gordas y destroza instalaciones de un hospital, que se pone en riesgo conduciendo a toda velocidad y grabándose con el móvil. Núria Marín, la presentadora del espacio, recordaba una anécdota personal con el actor cuando coincidieron en el AVE: "Rescató a una persona que se quedó atrapada en el lavabo del tren. Desmontó la cerradura con sus manitas". Ahora necesitaba que alguien lo rescatara a él. Parece que ha sido una mano familiar: la de su hijo y su hermana.
Primeras imágenes de Juanjo Ballesta después de 132 días desaparecido: disfruta de la nieve y del deporte
Ballesta ha dejado de estar triste. Ha reaparecido disfrutando de la nieve montando un trineo, sonriente, sin preocupaciones aparentes. También ofrecen imágenes practicando deporte en un gimnasio, dándolo todo, liberándose de sus demonios y poniéndose en forma. Una gran noticia de la que nos alegramos. Ojalá que sea el primero de muchos pasos hacia una vida mejor, hacia el optimismo y la esperanza.
En familia todo es mejor. Un gran antídoto contra la tristeza. Que dure.