Una de las mejores cosas que tiene la gala del Balón de Oro es que, como normal general, provoca un escozor infinito en la caverna merengue. Es superior a ellos. Y resulta paradigmático: cuando los galardonados son azulgranas (la mayoría de las veces), el premio es una inmundicia, un insulto al fútbol. Si los distinguidos son merengues, ah, entonces sí, qué grandes, qué maravilla, oda al fútbol, gloria al Madrid. Dan pena, pero ni toda la vergüenza que puedan provocar les hace desistir de su obsesión. El ridículo es patrimonio exclusivo de esta parroquia. Una en la que conviven periodistas, locutores y más de un juntaletras de la Meseta con una barcelonitis y una catalanofobia galopante, aparte de un argumentario victimista y patético. ¿Por ejemplo? Juanma Castaño, de la COPE.
La radio de la Conferencia Episcopal española odia al Barça. Que si se dopan, que si Alexia Putellas es manipuladora, que si Manolo Lama y Rubiales, que si Negreira, Vinicius y el sursum corda. Y así todo. Ahora, siempre va bien poner sobre la mesa nuevos episodios que los retratan. La coronación de Aitana Bonmatí y de Leo Messi en París nos deja una nueva rabieta. Y mentiras, claro, no podían faltar. Durante la retransmisión de El Partidazo, empezaron a llorar, a chillar, a dejar de respirar. “Veto a los medios españoles”, empezaron a clamar. “Desprecio”, “comportamiento lamentable”, bla, bla, bla. Se referían al hecho que, según la reportera del espacio y de un Castaño que lo miraba por la tele, Aitana no los había atendido. O mejor dicho, “solo atiende a tres medios catalanes”. Vamos allá.
“No puedo entender qué política de comunicación margina de esta forma a los medios de comunicación que hablan del Barça para el resto de españoles que son del Barça. Este programa lo escuchan muchos seguidores del Barça que viven en territorio español. Incluido Catalunya. No entiendo por qué este veto, que no se atreven a decir que es un veto pero que es un veto. No puedo entender este odio que tienen. Nunca nos había pasado. Y está pasando con el Barça de Laporta. Me gustaría encontrármelo un día y decirle '¿os parece normal esto?' Solo existe Catalunya, es lo único que existe para ellos”. A ver, vayamos por partes, que parece que Castaño necesita un dibujito: el Barça no atiende emisoras que desprecian, insultan y manchan la reputación del club. Ya que quiere decirle a la cara a Laporta todo esto, a ver si es tan valiente aceptar la porquería que esparcen sobre el escudo culé. Eso por un lado: por el otro, decirle al asturiano que miente. Aitana atendió, por ejemplo, a Ibai Llanos. ¿Y saben qué? Que eso es lo que no puede soportar: el streamer (merengue y castellanohablante) le da 20.000 vueltas a su radio. Lo lleva muy mal.
Las reacciones a las sandeces de Castaño y compañía son infinitas, y dejan las cosas bien claras al comunicador. Si el Barça lo veta, es con toda la razón. Que se lo haga mirar el gran periodista español, el abogado de las causas perdidas y la quintaesencia de la objetividad. El problema no es España, no es Catalunya. El problema es ellos, su pràxis y su sesgo. A enredar a otro lado, señor.