Eduardo Vicente, a quien la guapa modelo catalana llama afectuosamente Lalo, está de enhorabuena. Acaba de cumplir 54 años y lo ha celebrado por todo lo alto con una fiesta organizada en el increíble jardín de su casa en la zona alta de Barcelona. Judit Mascó, sus cuatro hijas y los amigos más allegados del matrimonio. Nadie ha faltado en el día más especial de Eduardo. Así lo ha mostrado la maniquí en sus redes sociales, en la última publicación que ha hecho. Dos fotografías y un vídeo, en el que muestra la locura que Vicente hace con las dos enormes bengalas que le pusieron en una de las tartas. Cuanto menos, arriesgado. Bonita foto de los dos, muy enamorados, en Mallorca:
"Spirit 54", escribe Mascó en su cuenta de Instagram, enseñando la gran fiesta de aniversario que organizaron para celebrar la vuelta al sol de su marido de toda la vida, con quien se casó en 1993 y se lleva cuatro años. Una celebración que consistió en una barbacoa en la que no faltó detalle. El encargado de preparar la carne para todos los comensales no fue otro que Eduardo, el anfitrión de la fiesta. Y nada mejor que una fotografía para ver cómo lo hizo:
Terminada la comida llegó el momento de la tarta. Pero en casa de Mascó todo se hace a lo grande. No fue un simple pastel, sino que fueron tres. En una de ellas pusieron dos velas doradas, una en forma de cinco y otra en forma de cuatro. En otra no pusieron nada y en la tercera clavaron dos enormes bengalas. Unas bengalas con las que Lalo se vino arriba e hizo de las suyas. Completamente entregado, bailando y muy feliz, se jugó la vida como si fuera un faquir. La primera idea que tuvo fue poner sus brazos entre las llamas que desprendían las bengalas. Hablamos de esto:
Perfil de Instagram de Judit Mascó
Perfil de Instagram de Judit Mascó
Acto seguido, arriesgó aún más su vida intentando apagar el fuego con su lengua. Pese a que no lo consiguió porque una de sus hijas le apartó rápidamente con sus manos. Foto:
Y la tercera cosa que le pasó fue al levantarse de la silla. Eduardo calculó mal la distancia e impactó su cabeza con la enorme lampara de metal que colgaba justo encima suyo. Una imagen vale más que mil palabras y la tenemos:
Un aniversario, cuanto menos, entretenido. La edad es solamente un numero. Y Eduardo Vicente, por mucho que pasen los años, hace gala de ello: mantiene su espíritu joven y gamberro. ¡Muchas felicidades y que cumplas muchos más!