A estas alturas de la película, ni hay que decir que Judit Mascó es maravillosa. Y una de las mejores virtudes que tiene es que aunque se ha ganado la vida haciendo de modelo, gracias a su belleza, fotogenia y talento en las pasarelas o delante de una cámara, todavía es más bonita por dentro. Sonrisa permanente de oreja a oreja, una bondad que desarma, una gracia natural que te deja k.o., una simpatía y un optimismo que desprende en cada colaboración televisiva o radiofónica que hace y lo más importante, un amor por los suyos a prueba de balas. Judit siempre tiene en la cabeza a la gente que más quiere, como tiene que ser. Siempre se le iluminan los ojos cuando habla de su marido, Eduardo Vicente, sus hijas (María, Paula, Romitha y Clara) o, como ahora, sus padres. Incluso, cuando ha podido también ha hablado de los bisabuelos: en una entrevista recordó la casa familiar que tienen en Ponts, Lleida, a la cual se la conocía como Cal Maco (casa del guapo) porque "al parecer, mi bisabuelo tenía muy buena planta".
Esta imagen que publicó hace un par de años Judit es maravillosa y paradigmática de dónde le viene la sonrisa. Look ochentero, la modelo en edad adolescente, mirándose con amor con su madre en lo alto de un castillo en Escocia. Un recordatorio aprovechando que era el Día de la Madre, y ella, hija orgullosa, la quiso homenajear de esta manera preciosa. Sus padres pueden estar orgullosos de su hija. Y ella de ellos. Y ahora ha encontrado una nueva manera de decirles vía redes cómo les quiere. Y es que los padres de Judit, Josep Mª y Glòria, son clientes habituales de un emblemático mercado de Barcelona, el de las Corts. Y allí, encantados de la vida de tenerlos de clientes habituales y de vecinos, han querido destacarlo. Los dos padres de Judit, que por cierto, eran maestros los dos ("con lo cual, nuestras vacaciones eran siempre muuuuuuuuuuy largas"), sonrientes y guapérrimos, al lado de uno de los chiringuitos. Evidentemente, cuando Judit lo ha visto, se ha emocionado y ha respondido con un "Gracias" gigante y dos enormes corazones:
Estilazo. Como la hija. ¿A quién se parece Judit? Juzguen ustedes mismos. Sea como sea, ella siempre está por ellos, al igual que hicieron ellos con ella. De hecho, cuando era pequeña, le dieron todo el apoyo cuando un vecino de los padres, que tenía un estudio de publicidad y era productor, después de verla pasar cuando iba a la escuela con sus hermanos, habló con Glòria y Josep Mª e hizo los primeros castings. La cogieron para un anuncio de televisión, para una marca de helados, donde ella tenía que decir la frase: 'Delicioso sabor a fresa'. A partir de aquí, el resto ya es historia y Judit se convirtió en la mejor modelo que ha habido en Catalunya. Orgullo de padres. Orgullo de hija.