El conflicto entre Julia Janeiro y su exnovio futbolista Brayan Mejía se resolverá en los juzgados. La joven de 18 años ha puesto el tema en manos de sus abogados, a raíz de la pelea y la agresión que sufrió en una discoteca de Madrid durante la noche de Todos los Santos. Aquel fin de semana Julia lo pasó con Álex Balboa, su nueva pareja y jugador del Alavés 'B', y su madre, María José Campanario. Hicieron la presentación oficial del joven guineano, aunque a la cita no asistió el padre, Jesulín de Ubrique. Cuando dejaron a la madre en casa salieron de fiesta, como todos los jóvenes de su edad. La mala fortuna hizo que coincidieran con su expareja en el mismo lugar, y el encuentro acabó de la peor manera.
Tan mal que Janeiro y Balboa se desplazaron a un hospital de Getafe donde pasaron hasta 9 horas, aseguran en 'Sálvame', para tratarle las heridas y las contusiones que sufrió en lo que se considera una agresión en toda regla de Mejía. También pasó por un juzgado de guardia, aportando un parte de lesiones e interponiendo una orden de alejamiento contra Brayan. Según se ha filtrado por su entorno y por colaboradores del programa de Telecinco, está viviendo un infierno y un calvario. Teme volver a encontrarse con él, y por eso las visitas a sede judicial donde se está tratando el caso como un presunto delito de violencia de género no se detienen.
Esta semana ha vuelto a pasar por el trance de presentarse ante el juez para explicar punto por punto lo que vivió en aquella noche tan desagradable. Su versión es la siguiente: hubo miradas desafiantes entre los dos chicos, coronada con una discusión en medio de la calle. Julia intentó separarlos para evitar una confrontación violenta, pero de hecho fue ella la que recibió la peor parte: Brayan le habría tirado del pelo, la empujó violentamente y la lanzó al suelo, causándole las heridas que refleja en el documento que ha presentado como prueba fundamental. También sabemos, gracias a periodistas que han hablado con su círculo, que Janeiro estaría recibiendo amenazas como quitarle el gato que cuidaban en común, así como ir a televisión y, a cambio de una suma sustancial, explicar las intimidades de su familia y las cosas tan bonitas que dicen de Belén Esteban en casa de Jesulín y la Campa.
La preocupación es tal que la madre se ha trasladado a Madrid desde Cádiz para estar junto a su hija de forma permanente y vigilarla de cerca. Bueno, más que a ella, a Brayan, quien evidentemente rechaza todas las acusaciones y presenta una versión totalmente opuesta: según Mejía, ella no ha superado su ruptura y provoca estos enfrentamientos.
La tensión sólo crece y la decisión la tendrá que tomar la Justicia. Triste final para la primera gran historia de amor de la vida de la influencer, la verdad.