Julia Otero tiene 63 años pero no la jubilan ni los oyentes, ni la tele, ni el cáncer de cólon que sufre. Vive el día a día haciéndose revisiones trimestrales para controlar el cáncer no se reproduzca y al mismo tiempo dirige y presenta un programa de 4 horas diario de radio y por si fuera poca cosa acaban de darle un programa de TV, Días de tele en la 1 de TVE, en su esperadísimo retorno. Cualquier excusa vale para escucharla y hace una de las entrevistas que más ponen los pelos de punta, en el diario El País. Empieza hablando de Catalunya.
La periodista catalana nacida en Galicia explica su amor a Catalunya donde vive desde hace 60 años. Vino cuando tenía tres. Julia Otero: "Aprendí a querer a Galicia en Cataluña. Ver el amor que sienten aquí por la lengua, la cultura, la tierra. Todo eso me dijo que yo también debía respetar mi lengua materna, el lugar en el que nací, la idiosincrasia de la gente. Cuanto más profundamente he conocido Cataluña, más gallega me he hecho p'orque compartimos algo que, si no lo defendemos nosotros, nadie más lo va a hacer. Incluso hay gente que ataca esa diversidad; afortunadamente no conozco a nadie interesante que piense así". Una sonora bofetada a tanta catalanofobia en los medios estatales. Grandiosa Julia.
El resto de la conversación versa sobre su cáncer y pone la carne de gallina. Confiesa que hay momentos que no le importaría estar muerta: "He estado a punto de morirme, o con perspectivas de morirme, porque a mí me siguen revisando cada tres meses. Si me encuentran una metástasis, a lo mejor me quedan dos años, o menos". Quan narra els efectes de la quimioteràpia fa estremir: "Vas viendo cómo te vas deteriorando, cómo van saliendo las llagas. De pronto sangra la nariz, te sangra la lengua, tienes una llaga en la boca. Todo el tránsito intestinal está en carne viva. Y sientes esa indiferencia ante la vida. Si te dicen “le das a ese botón y te mueres”, piensas “pues tampoco pasa nada. No me quedan muchos años. Me falta el bazo, me falta la vesícula, me falta la tiroides, me faltan 40 centímetros de intestino. ¡Me falta de todo! [Ríe] Me quedan cuatro cosas esenciales, y con eso tiro". Uf.
Casada con un médico y madre de una médico, por qué vuelve a hacer tele "Quizás sea la última carta que tengo para hacer tele. Estoy cómoda ahí dentro. No tiene mérito, es un don. La capacidad de dirigirse a una cámara con normalidad se tiene o no se tiene, no se puede aprender. Y nadie puede presumir de eso, porque es innato". Una bestia de la comunicación.