El martes en Madrid se constituyó el Congreso de los Diputados de la XIII legislatura y los presos políticos catalanes escogidos el 28-A fueron para tomar posesión de su cargo. Oriol Junqueras, Jordi Sànchez, Josep Rull y Jordi Turull, abandonando la cárcel durante unas horas para entrar otra vez a un parlamento, su espacio natural.
Pero la presencia de los presos políticos en el Congreso no fue bien recibida por los partidos de la derecha española, que boicotearon los juramentos. El ruido que los diputados de Vox y Ciudadanos hacían golpeando los escaños con las manos y los pies hizo imposible que se les oyera hablar. Albert Rivera, en vez de poner orden en su propio grupo parlamentario, se sumó al escarnio contra los dirigentes de ERC y JxCat y decidió que había que denunciar las palabras de los presos a la flamante presidenta de la cámara, Meritxell Batet: "En España no hay presos políticos y le pido que no permita estas actitudes". No se refería a la actitud infantil de sus compañeros, haciendo una pataleta para que nadie pudiera oír la voz de los diputados indepes, sino al hecho de que Batet no impidiera que los dirigentes de ERC y JxCat denunciaran la represión que sufren.
Las quejas de Rivera después de la constitución del Congreso, las mismas: no se puede permitir que los políticos independentistas juren el cargo con fórmulas que a él no le gustan. Una afirmación idéntica a la que hacen desde el PP. Pero la ley los ampara y tanto los populares como Rivera son mucho de blandir el estado de derecho. La periodista Julia Otero, que lo sabe, comparte en la red el vídeo de la toma de posesión de la senadora republicana Mirella Cortès, que el año 2018 prometió el cargo "por los presos políticos". "Entonces no era una humillación ni escarnio alguno", señala la presentadora.
Pasen y vean. La misma fórmula empleada para acatar, pero en el 2018 ante #AnaPastor y #GarciaEscudero Entonces no era una humillación ni escarnio alguno. .. https://t.co/8xWwDXxmAR
— Julia Otero (@julia_otero) May 23, 2019
Quizás es que al PP y a Albert Rivera los importa un rábano lo que digan los indepes para prometer el cargo y lo que los indigna realmente es ver a los presos políticos catalanes, libres durante unas horas, en el Congreso de los Diputados.