Júlia Otero, Toni Soler y Carles Porta serán distinguidos este martes en la entrega de los Premios Nacionales de Comunicación. Los tres han charlado un rato en una conversación deliciosa con Laura Rosel en El matí de Catalunya Ràdio, hablando de la profesión periodística, la percepción de Catalunya en el resto del Estado, el prestigio y el valor del reconocimiento.
Porta, que pronunció un discurso impecable sobre la lengua cuando recogió el reciente premio Ondas, está contento de "socializar el éxito de Crims". Soler pone en valor el "mosaico creativo" que hay detrás de "Polònia", el programa de TV3 que creó hace 15 años. Y Otero, mención honorífica por toda su trayectoria, se recupera en este momento de un tratamiento oncológico.
La perdiodista de Onda Cero se ha reencontrado con amigos y colegas como el de Figueres, que le ha dedicado sentidas palabras: "Contento de saludarte con esta energía que llevas, que me parece que nunca habrá quien la interrumpa". Y efectivamente, con esta energía que destacaba Toni Soler, Júlia Otero ha hablado para los micrófonos de Catalunya Ràdio para hacer saber a los oyentes cómo se encuentra.
"He superado el cáncer, aunque todos sabemos que el cáncer es una espada de Damocles que dura cinco años como mínimo. Por lo tanto, soy siempre muy prudente, pero a estas alturas no tengo ni una sola célula cancerígena". Otero ha hablado de las consecuencias del durísimo tratamiento al que se ha expuesto: "Todavía están: tengo una neuropatía periférica en las manos y en los pies, que hace que prácticamente no tenga sensibilidad. es decir que id con cuidado conmigo porque no tengo tacto. En vez de cinco sentidos me quedan cuatro en estos momentos".
"Hay cosas muy molestas, pero estoy bien, estoy viva y estoy con ganas", dice la comunicadora, que espera volver pronto a antena, "espero que antes de Navidad pueda sacar la cabeza y que a partir de enero ya pueda volver a mi vida normal". Este martes hace justamente tres semanas de su última intervención quirúrgica: "Todo es muy reciente, todo está muy tierno, pero me encuentro con ganas, con fuerza. También es cierto que un año como este te cambia por dentro: cosas que ni me había fijado, ahora son importantes para mí y cosas que me interesaban muchísimo hace un año ahora me interesan menos".
Cosas como la política. O más bien, los políticos: "Entrevistar políticos es una pérdida de tiempo enorme, porque nunca responden lo que se les pregunta. Lo que contestan sabes que es mentira la mayoría de las veces, y sin ruborizarse lo más mínimo".
Precisamente eso que apunta Otero sirve a Soler y al Polònia para parir un programa como el suyo: "Mucha actividad política está basada en el engaño, la hipocresía o las puñaladas. Por lo tanto, que los políticos mientan o pronuncien un discurso para quedar bien ante los periodistas nos permite a nosotros intentar poner voz a lo que están pensando realmente. Nosotros siempre hemos dicho que la gracia del 'Polònia' es verlo después del 'Telenotícies'".
Felicidades a los tres por el merecido premio. Por cierto, Otero ha revelado que le hace tanta ilusión que quien subirá a recogerlo será quien más quiere, su hija. "La niña, que ya tiene 25 años, hoy le tocaba hacer guardia, pero la sustituye un par de horas un compañero y me acompañará también, y mi marido, Josep". Premio merecidísimo. Este y cualquiera que gane. Porque es de las mayores comunicadoras de este país. Todos los ánimos del mundo para que deje atrás de manera definitiva cualquier rastro de la enfermedad que ha sufrido.