Julia Otero deja la TV. Esta semana ha emitido el último programa de su última experiencia televisiva, Días de tele en La 1. Un talk show que ha cumplido todo el contrato: 13 capítulos. Un hecho insólito en la TVE de hoy día donde hay programas que duran un día, fracasan y no vuelven, como el de Ana Morgade. Otero ha hecho como siempre: cumplir y bien. El problema era el formato. ¿Qué pinta la mejor entrevistadora del país en un espacio sobre TV antigua hablando de naderías con Laura Escanes o el humorista Flo? La periodista catalana podría haber hecho las mejores entrevistas de la TV a grandes figuras de la política, la cultura o el deporte. Podría tener al papa de Roma pero ha acabado cantando "La nochentera" de Eurovisión. La productora del diario El País no ha sabido encontrar el programa que Otero merecía para abandonar la tele. Después del cáncer, parece claro que esta era su última aventura televisiva. Hará 64 años en mayo y ya tiene un programa diario de radio. Parece el despido de Otero de la TV.
La locutora ya advirtió cuándo aceptó el reto que por su edad y salud, este programa que le proponían podía ser el último tren para trabajar en el medio audiovisual, y que a pesar de las cautelas por el cáncer, tenía que coger lo que ella misma consideró "la última carta". Ella puede con todo, se hizo famosa en un concurso sin pretensiones, el Tres por cuatro de TVE-Catalunya. Desde entonces no ha parado. EN TV ha dejado las mejores entrevistas en La Luna, La columna o Las cerezas. Pero ahora ha trabajado para otro, no era ni la directora ni el programa era idea suya. Y por eso dice adiós con un solo correcto 7,6%. Si hubiera hecho un Salvados o un Lo de Évole, un programa de entrevistas de autor, habría triunfado. A pesar de todo, un espacio de entretenimiento digno y que ha hecho los trece pactados. Ella no quería dejar al equipo vendido y advirtió en el despido "Acabamos la primera temporada de Días de tele". Por si TVE compra una segunda tanda de 13 más. No parece claro ni que ella vaya a ser la presentadora. La última imagen icónica la deja en su cuenta de instagram. Julia Otero acaba como vino al mundo: sin ropa, solo con una toalla pasando por maquillaje y peluquería de TVE especialmente guapa, con la marca del bikini. Ha hecho un pacto con el diablo, a los 63 está más guapa que nunca:
Un vídeo típico de Tik tok, aparece desnuda en maquillaje y salta al plató engalanada por el último programa. Se deja convencer fácilmente. Maravillosa. Punto final a una etapa. Seguirá en la radio y, quién sabe si alguna tele o alguna productora le ofrecerá, ahora sí, un último programa marca Otero. ¿Días de tele? No: Días de Julia.
Como explicó al diario El País por qué aceptaba el programa
En enero aceptó hacer el programa con estas palabras: : "Quizás sea la última carta que tengo para hacer tele. Estoy cómoda ahí dentro. No tiene mérito, es un don. La capacidad de dirigirse a una cámara con normalidad se tiene o no se tiene, no se puede aprender. Y nadie puede presumir de eso, porque es innato". Una bestia de la comunicación que pone la carne de gallina con su cáncer y cómo no está haciendo el reposo que le exige. Confesaba que hay momentos que no le importaría estar muerta: "He estado a punto de morirme, o con perspectivas de morirme, porque a mí me siguen revisando cada tres meses. Si me encuentran una metástasis, a lo mejor me quedan dos años, o menos". Cuando narraba los efectos de la quimioterapia hacía estremecerse: "Vas viendo cómo te vas deteriorando, cómo van saliendo las llagas. De pronto sangra la nariz, te sangra la lengua, tienes una llaga en la boca. Todo el tránsito intestinal está en carne viva. Y sientes esa indiferencia ante la vida. Si te dicen “le das a ese botón y te mueres”, piensas “pues tampoco pasa nada. No me quedan muchos años. Me falta el bazo, me falta la vesícula, me falta la tiroides, me faltan 40 centímetros de intestino. ¡Me falta de todo! [Ríe] Me quedan cuatro cosas esenciales, y con eso tiro". Y como tira. Espléndida.