Julia Roberts es más que una actriz, un icono. No hay ninguna otra intérprete en la década de los 50 años que disfrute de su popularidad. Muchas han querido acercársele, Sandra Bullock en su belleza de vecina de delante, Jennifer Aniston con una carrera de comedias románticas, Demi Moore jugando la carta de la sexualidad, Elizabeth Hurley tirante la carta de la elegancia british... Ninguna otra la supera como icono incrustado en el cerebro, la nostalgia y el afecto de los espectadores. Pretty woman puede emitirse 50 veces por Telecinco que sigue siendo líder de audiencia. Somos niños a quien nos gusta que nos vuelvan a explicar el mismo cuento de hadas antes de ir a dormir. Julia Roberts ha protagonizado las mejores películas de su género: aparte del mito de Cenicienta prostituta enamorada de Richard Gere están Notting Hill, Erin Brockovich, La boda de mí mejor amigo, Ocean's eleven, Novia a la fuga... Todos parecen la misma película y en todas Roberts desarma a los cinéfilos con la sonrisa más franca, abierta y enorme de Hollywood. Tiene el Oscar por la madre luchadora Erin Brockovich. Ya tiene 55 años y está como los anuncios de perfume: maravillosa. Como siempre. No envejece. Solo tiene un defecto, orejas enormes:
Julia Roberts escoge bien a los compañeros de peli, de Richard Gere a Hugh Grant, pero sin duda con quien tiene más química es con George Clooney, el Danny Ocean de las pelis de robar casinos que le hace de pareja. Ahora devuelven juntos como un matrimonio divorciado a la peli Ticket to paradise que todo el mundo querrá ver por Navidad. Con Clooney tiene la química de la pareja de siempre, como la vida real. Julia Roberts hace 20 años que sigue con el mismo marido, Daniel Mooder, padre de sus tres hijos: el pequeño Henry de 15 años y los gemelos Hazel y Phinnaeus, niña y niño que ahora mismo acaban de cumplir 18 años. Son mayores de edad y ya se los puede enseñando de cara. Ella los felicita con una foto de cuando eran bebés:
18, os amo e imagen de recuerdo de los dos pequeños. Como son ahora. Los paparazzis los han fotografiado y se les puede mostrar sin pixelar en fotos que permiten asegurar la evidencia, la belleza se hereda. Roberts, la más guapa entre las guapas, la fotogenia personalizada, la morenaza con personalidad, la buena de la peli, tiene unos hijos chicos guapos y una chica que es, en rubio, clavada en ella:
LOS DOS HIJOS CHICOS DE JULIA ROBERTS:
EL MARIDO Y LA HIJA DE JULIA ROBERTS:
La chica, Hazel, de 18 años alta, rubia y con ojos claros. Una copia de la belleza de la madre mezclada con la elegancia del padre. Demasiado joven para saber si será la actriz que ha significado por el mundo a su madre. Una sombra, mejor que se dedique a otra cosa. Los hijos de Tom Hanks o de Meryl Streep son actores y no consiguen nunca triunfar porque el peso de la herencia es excesivo, imposible superar a los padres. Que los hijos encuentren su propio camino. Felicidades, Hazel y Phinnaeus, ya son mayores, adultos, que vuelen solos.