Horas críticas para la vida de un personaje fundamental para entender un trozo de la historia de España. Julián Múñoz, exalcalde de Marbella, expareja de Isabel Pantoja y protagonista de uno de los escándalos de corrupción más famosos de las últimas décadas, las está pasando canutas. Sus problemas de salud cada día tienen menor solución; a sus 76 años se debate entre la vida y la muerte. De momento, la buena noticia es que ha podido salir del hospital donde fue ingresado durante semanas. La mala, que no se trata de un alta por una evolución satisfactoria. Todo podría pasar. Y poco bueno, ciertamente.
El centro hospitalario Costa del Sol de Málaga ha estado tratando Muñoz, con deficiencias respiratorias severas. También por un funcionamiento del sistema circulatorio preocupante, con el corazón tocado. Han sido 15 días de observación, de cuidados, de tratamientos. Los resultados no serían los deseados, porque ha vuelto enfermo a su casa. Allí tendrá que completar, si es que es posible, el proceso para volver al estado anterior al bajón. Las perspectivas, según informan medios como 'La Razón', son cualquier cosa menos optimistas: "Sigue muy grave". En Telecinco han llegado a aportar más detalles y dramatismo: "No hay evolución. Al revés, las cosas están peor".
La salud ha sido el otro gran castigo de Julián, al margen de la prisión, la destrucción de la familia y el oprobio público. Desde que lo detuvieron y posteriormente procesaron, hemos visto su deterioro constante e inexorable. En todo caso, la buena noticia es que no lo han dejado solo. Mayte Zaldívar, la mujer a quien humilló con su romance escandaloso con la Pantoja, y las hijas del exmatrimonio, están al pie del cañón, ayudándolo constantemente. Julián, que ofreció una entrevista descomunal hace un tiempo en Telecinco, demostró su gratitud y arrepentimiento por haberse corrompido de una forma tan vil, a la vez que tan destructora con aquellas que lo amaban. No como la Panto, con intereses mucho más materiales.
El ejemplo que está dando Zaldívar, quien regenta un bar tras su paso por la cárcel al haber sido partícipe del trapicheo monetario del exalcalde, es loable desde el punto de vista humano. Ha llegado a cerrar el local para poder acompañar a su ex en el hospital. Si eso no es amor, que nos lo expliquen. "Va a estar con Julián Muñoz hasta el último instante de su vida... Esto define mucho cómo es la unión de esta familia, la unión de los nietos y, sobre todo, la unión de esta pareja". El último instante, y el último capítulo, podría estar a punto de cerrarse.