Javier Sánchez, de 42 años, ha recibido un golpe judicial que le ha dejado enojado y frustrado. El hombre, hijo no reconocido del cantante Julio Iglesias, había conseguido volver a llevar a los tribunales al artista después de años de lucha, de investigaciones, de recogida de restos biológicos e incluso, de resoluciones contradictorias. Y ahora que su abogado, un especialista en la materia como Fernando Osuna, le tenía casi acorralado con una más que definitiva prueba de ADN, ha visto cómo el juzgado de Valencia paraliza el procedimiento a petición de la defensa del exmarido de Isabel Preysler. La sala tendrá que determinar si la cuestión es cosa juzgada o si puede reabrir el caso, atendiendo a la muestra biológica que garantiza la filiación en un 96.7%. Sánchez ha encajado el revés pero no desiste de sus intenciones, y dispara contra su "padre". "Ya sé el tipo de persona qué es"

@julioiglesiasofficial

El hombre, fruto de la supuesta relación de Iglesias con la bailarina María Edite, lleva cerca de 30 años de idas y venides por los tribunales. En 1992, un juzgado de Valencia determinó que efectivamente, Iglesias era el padre. Pero el recurso del artista, más truhán que señor, prosperó ante la ausencia de la prueba de ADN, que el residente en Miami no autorizó. 17 años más tarde, y gracias a una botella de plástico que dejó en la playa Julio José Iglesias, este sí uno de los componentes oficiales del clan Iglesias, vuelve a reclamar justicia. "Yo voy con la verdad y tengo la conciencia tranquila. Estoy luchando contra un gigante. Solo me queda esperar", aseguraba con resignación a las puertas de la audiencia.

EFE

A finales de semana se conocerá la decisión del juzgado, que podría acabar con la pesadilla de Sánchez... o con "la piedra" en el zapato de Julio Iglesias, que si bien no parece muy preocupado desde Miami, sí que espera la resolución de este conflicto en previsión de lo que pudiera venir después.