Es duro de admitir, pero Karlos Arguiñano cada vez se parece más a Bertín Osborne. El cocinero vasco ha hecho de su personalidad, sencilla y tradicional, la forma de introducir en el hogar de los millones de espectadores que le siguen desde hace décadas un rasgo característico de una época: el machismo estructural. Quizás Arguiñano no sea incendiario, provocador y activista como Norberto, pero lo que destila su buenrollito, sus comentarios supuestamente ocurrentes y chistes más o menos afortunados frecuentan el espíritu machista de toda la vida. Y ni él, ni Bertín, ni tantos otros, lo han dejado atrás, como cuando consideran gracioso hacer un chiste sobre violaciones. Es lo que hizo Karlos durante su intervención en el programa de Pablo Motos. 'El Hormiguero' es una mina, pero no de oro, precisamente.
El fragmento todavía se encuentra en la web del programa, a partir del minuto 27.34. Motos entrevistaba a Ricardo y Chino Darín, protagonistas de 'La Odisea de los Giles', y de sopetón decidía llamar al chef vasco. ¿Con qué objetivo? Ni idea. Supuestamente porque al de Zarautz le hacía mucha ilusión. Pero vaya, que sólo encontraron una retahíla de tópicos sin interés. Palique mientras iban preparando experimentos, la especialidad de la casa. Por cierto, que por poco acaba mal, o eso nos hicieron pensar. Pero volviendo al 'cameo' del guipuzcoano, hay un abismo entre decir obviedades y resultar inadecuado, ofensivo y polémico. Es lo que hizo explicando un chiste malísimo a los argentinos sobre mujeres violadas. Precisamente, el Día Internacional por la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Un Ortega Smith en toda regla. Y la red ya esta harta de este tipo de comportamientos.
El eco de la nueva inconveniencia del cocinero le ha hecho rectificar y pedir disculpas públicas. Este es el vídeo.
Aceptando las disculpas, no queremos ni 'mariquitas' de Arévalo, ni violadas de Arguiñano. Seguro que el vasco no tiene mala idea. Que no es un machista militante con un peligroso y gigantesco altavoz. Pero nunca acierta. Siempre tiene una inconveniencia en los labios. Dañina e intolerable. No será malo, pero puede que invite a la reflexión, ¿verdad?