Es bien sabido: El cocinero vasco Karlos Arguiñano es un personaje demasiado acostumbrado al chiste y a los comentarios de barra de bar. Muchas veces quizás es divertido. Otras, no tanto. Y de vez en cuando, suelta expresiones que le ponen en evidencia. La historia de siempre: Será muy campechano y no puede que no le falte razón, pero las formas estropean su mensaje. Ahora bien, esta cualidad es un filón para programas como 'Liarla Pardo', en la Sexta. Arguiñano hizo exactamente lo que reza el título, protagonizando un episodio uno tanto vegonzante al ridiculizar el grupo de activismo vegano 'Almas Veganas', conocidas por postulados radicales cómo exigir la separación de gallos y gallinas "para que no las violen". Sí, suena surrealista. Pero la reflexión del cocinero no le va a la zaga.

Almas Veganas - La Sexta

No es la primera vez que en Atresmedia le piden opinión al cocinero. De hecho, hace unos días explicábamos el episodio de ataques españolistas contra Joseba, hijo de Karlos y nuevo miembro de su conocido programa de televisión, cuando dijo las palabras 'Euskal Herria' durante una entrevista con Susanna Griso. Bien, pues padre e hijo hablaron de este tema. Y Karlos fue mucho más juicioso, diciendo que "el drama es no tener qué comer, no que un gallo viole una gallina". En cuestión de días, sin embargo, y animado por el ambiente de la entrevista con Pardo, convirtió sus refelxiones en otra de sus especialidades: El chiste fácil: "Se ven a veces personas que se nota que sus padres no follaron con ganas". Una argumentación de categoría.

Karlos Arguiñano Almas Veganas Liala Parda La Sexta

"Yo tengo 6 hijos con María Luísa, alguna montadita habremos tenido," añadió el de Beasain, que se mueve como nadie en este terreno. Y sí, seguramente hizo reír a muchos espectadores, incluyendo la propia conductora del espacio, pero una vez más dejaba en segundo o tercer plano los elementos serios de su intervención. Si los ataques de carácter personal convertidos en gracietas, y acordarse de los padres de los adversarios es convierten en la lanza que combate posiciones extremas, ya sabemos qué pasa. Que se pierde toda la credibilidad. Y acabas convertido en la misma caricatura.