Karmele Marchante está viviendo una nueva época dorada en su dilatada trayectoria como periodista. Y a diferencia de otras etapas, ahora no depende de nadie, ni tiene que ir con el freno de mano puesto. Se ha liberado totalmente, lejos de programas, publicaciones o cadenas que le pudieran cortar las alas por intereses ajenos a la de Tortosa. Y eso se nota en la contundencia de sus mensajes, ya sean contra la monarquía, contra 'Sálvame' o contra los protagonistas del caso Rocío Carrasco. Cada palabra de Marchante es dinamita, y todos reciben: la propia Rociíto, que le llamaba drogadicta y lesbiana, el exmarido Antonio David Flores, que la intentó lanzar al mar, e incluso Fiel Albiac. Los conoce bien desde hace muchos años, se las ha tenido con todos ellos y puede hablar con rigor sobre el tema. Y sabe mucho, como ha empezado a demostrar en el estreno de su nuevo canal de Youtube. Y ahora le tocaba a Fidel, el hombre que mueve los hilos detrás de Carrasco.
Karmele confirma las teorías que siempre han señalado a Albiac, pareja de Rocío, como un manipulador y cualquier cosa menos un hombre sereno, tranquilo y que no busca problemas. "Estaba obsesionado con Antonio David Flores". Lo dice porque lo trató mucho: durante aquellos años convulsos, el sevillano la llamó por teléfono y mantuvieron una relación bastante estrecha. La catalana se sorprendió en un primer momento, claro: "una voz muy temblorosa y nerviosa me dice "hola, soy Fidel Albiac". Y yo pensé "madre mía, este tío que me está llamando ahora, ¿qué querrá?". Tuve un sentimiento de sorpresa, miedo y muchísima curiosidad". No se hicieron amigos, pero Fidel sí que la tenía como confidente: "me contaba sus cosas porque su obsesión era investigar y seguir a A.D. para saber todo lo que hacía, por dónde se movía, las chicas con las que estaba... debía contratar detectives, no entiendo cómo conseguía la cantidad de información". Y pone ejemplos: "yo tuve las primeras fotografías de Antonio David con Olga, la que es ahora su mujer". Fidel espiaba al exmarido de Rocío, de la misma manera que Flores lanzaba porquería sobre él. Y después se vaciaba con Karmele: "me contaba el amor que sentía por Rociíto. Y cosas que me sorprendieron: Rocío y él se habían conocido en Sevilla, él era un chico sin oficio ni beneficio que estaba esperando unas oposiciones, no sé si para guardia urbano o para policía local, hasta que conoce a Rociíto". Carrasco y los policías, vaya ojo.
Se ve que incluso quedó con ambos para comer, a pesar del odio que le profesaba Carrasco. En aquella comida, Karmele tuvo una revelación: "lo único que les interesaba era el dinero". Y en esta historia de maltrato, hijos, violencia y papel couché, también hay mucho dinero. Millones.