José Luis Moreno ha tenido esta mañana un despertar complicado. En vez de levantarse con su despertador y de que el servicio doméstico le llevara el desayuno en la cama, ha sido un operativo policial el que se lo ha llevado del dormitorio directamente a dependencias policiales, donde permanece detenido por un caso oscuro, turbio y vergonzante: se le imputan delitos de organización criminal, estafa, alzamiento de bienes y blanqueo de capitales. Una operación con nombre catalán, 'Titella', y en la que se habría embolsado ilícitamente 50 millones de euros a través de un entramado de sociedades infinito. '¡Toma, Moreno!'. Su leyenda ya era negra, pero ahora la ha oscurecido al máximo.
La noticia de la detención del productor audiovisual, de 74 años, no ha supuesto ninguna sorpresa para la gran mayoría de los artistas y profesionales que han trabajado con él en algún momento de sus carreras. Más bien se podría decir que muchos piensan en aquel dicho de 'a todo cerdo le llega su San Martín'. Un apelativo, el de cerdo, que es el que ha utilizado la periodista Karmele Marchante al celebrar su captura. La de Tortosa le dedica dos mensajes demoledores, destrozándolo: "¡Un cerdo (en versión emoticono) que nos debía dinero! ¡Y le deseo lo peor sin ningún complejo!", y "Yolanda Ramos, y yo y mil más. Toda nuestra profesión se alegra que hayan detenido a ese mafioso canalla que nos debía dinero". Marchante ha explicado a EN Blau el porqué de estas palabras: Moreno le debe dinero por un trabajo, como a Ramos. Cuando el ahora encausado produjo las 'Matrimoniadas' en Telecinco, contó con rostros populares de 'Sálvame'. Karmele, uno de ellos. Fue un infierno: "tres días trabajando de sol a sol, tuve que llevar mi vestuario y mi propio maquillaje". Nunca le pagó. Cero. Un clásico del modus operandi de Moreno, por lo visto. Ahora bien, por mucho que la catalana se alegre de su desgracia, no confía para nada en la acción de la justicia. Y tiene motivos de sobra: "es una mierda. Sus estamentos más altos reciben prebendas, sobres. Lo sé".
La pelota, una vez más, está en el tejado de los jueces españoles. Veremos si Moreno es "uno de los suyos", o lo utilizan como cabeza de turco para tapar otros escándalos.