¿Muestra de respeto? ¿Soberbia? ¿Asco? ¿Misoginia? ¿Una forma de evitar denuncias por acoso? El abanico de teorías que expliquen la actitud del actor Keanu Reeves cuando una mujer le pide una fotografía es muy amplio: Hay tantas opiniones como usuarios. La superestrella de Hollywood se ha convertido en objeto de análisis después de un tuit que ilustra una manía, una costumbre o una coincidencia: Reeves nunca toca el cuerpo de las mujeres. Nunca. Aunque parece que las abrace, sus extremidades se mantiene flotando en el aire. No importa si la que le acompaña es una fan anónima o una actriz ilustre como Dolly Parton. No hay contacto físico, al menos no por parte del intérprete de Matrix.
Lol Keanu ain't taking no chances. 😂😂 pic.twitter.com/nnfIOZKbT1
— Kemoy Lindsay (@KemziLinzi) 9 de junio de 2019
El tuit ha sido tema de conversación y debate en redes, donde se examina con lupa cualquier actitud que se salga del guion. Y en el caso de Reeves, una de las grande estrellas de la industria del cine pero a quien siempre ha acompañado el misterio y la desgracia, este "tic" ha abierto la puerta a la especulación. Muchos encuentran este protocolo como una actitud respetuosa hacia las mujeres, mientras que otros insinúan que el #MeToo sobrevuela el ambiente. En cualquier caso, las redes han demostrado que otras estrellas practican estrategias similares.
Still ain't no Avril 😂 pic.twitter.com/GfgZFUUCzz
— Alexa (@lucy_dre) 11 de junio de 2019
Neither does Will Smith. pic.twitter.com/Ikf8n3LaUi
— Jeremy Edwards (@jeremy_edwards2) 9 de junio de 2019
También habido quien ha dedicado su tiempo al pasatiempo favorito de las redes: Publicar los memes más ocurrentes y divertidos.
Well he is The One pic.twitter.com/IZtlexLMYY
— DarienFord (@Darebuck96) 9 de junio de 2019
His natural stance is Standard Jesus Pose. pic.twitter.com/Cw1xRetI9R
— Courtney Enlow (@courtenlow) 9 de junio de 2019
— Chagres (@ChagresPTY) 9 de junio de 2019
La de Keanu Reeves, que este días estreno Toy Story 4, ha recordado también la famosa "cobra" del Papa Francisco al dar un beso a los feligreses. Se especuló con un acto de prepotencia del pontífice, pero finalmente la razón era otra: El Papa no quería contagiar a nadie (ni ser contagiado, claro está).