Rocío Carrasco está haciendo temblar a los tertulianos de Telecinco. Sólo han hecho falta tres semanas para asistir a un espectáculo digno de la naturaleza más indómita: la migración de colaboradores que durante 25 años han apoyado a Antonio David Flores, y que de sopetón lo han abandonado escandalizados por el testimonio de su expareja. Algunos, incluso, abanderan la defensa de las mujeres de forma contundente, como Kiko Hernández. Nunca no es tarde para rectificar, claro está, pero en el caso del madrileño la cosa huele raro. Muy raro. Su aparición en uno de los debates posteriores a la emisión del documental inflamó las redes sociales. Muchos le respondieron rescatando una de sus intervenciones más repugnantes y machistas: fue en el 'Crónicas Marcianas' de Xavier Sardà, cuando le dijo absolutamente de todo a Sonia Arenas, exconcursante de 'GH': "puta televisiva, pones el coño a los famosos, te meto dos hostias, se te ha caído el diente de un pollazo". Espantoso.
El vídeo ha hecho daño a Hernández, que se ha sentido en el ojo del huracán. Se ve que no le gusta que le recuerden su pasado. No es para sentirse orgulloso, la verdad. Por eso ha intentado zafarse de la forma más rastrera: sacudiéndose la porquería sin miramientos. Según ha explicado en 'Sálvame', todo es culpa de Xavier Sardà, que le obligó a decir todas aquellas barbaridades. Un comportamiento "guionizado, como todo en ese programa" que tenía premio: asegura que lo llamó por teléfono y le dijo "te pago más dinero". Con esta teoría (que ha repetido en más de una ocasión) se siente totalmente excluido de responsabilidad. Siguiendo su lógica, eso sí, podríamos afirmar que Hernández hace cualquier cosa por dinero, ¿verdad? Exactamente lo mismo que está haciendo este 2021: comprar la versión de Rociíto porque sabe que no pone en riesgo su generosísimo sueldo en 'La Fábrica de la Tele'. Todos sabemos que el 'Crónicas' de Sardà era la jungla, pero los que participaron no lo hacían a punta de pistola. Más bien, a golpe de talonario.
Hubiera estado mucho mejor hacer autocrítica, pedir disculpas sinceras y no poner el ventilador para intentar marcharse "de rositas". Guionizado o no, bien pagado o no, este caso le perseguirá siempre. Desgraciadamente para él, además, no es el único en el que ha humillado a las mujeres.