El huracán Rocío Carrasco ha dejado con las vergüenzas al aire a más de un tertuliano de Telecinco. Después de muchos años apoyando a Antonio David Flores y su versión de la historia, el testimonio demoledor de maltrato ha girado la tortilla, y lo que antes era blanco, ahora es negro. Sin matices. Por ejemplo, Kiko Hernández. El madrileño ha sido durísimo con el exguardia civil, cosa que es comprensible, pero de aquí a presentarte como el campeón del feminismo hay una distancia abismal. Hernández puede presumir de muchas cosas, pero de respetar a las mujeres, muy poco. Uno de los casos más conocidos, aquella intervención asquerosa en 'Crónicas Marcianas', diciéndole todo tipo de burradas machistas a una concursante de 'Gran Hermano'. "Lo hice porque Sardà me pagaba más", se ha excusado recientemente. Hay ventiladores industriales que no tienen ni un 10% de la potencia y la habilidad del colaborador de 'Sálvame' para sacudirse sus responsabilidades.
Kiko, sin embargo, lo tiene difícil. Su currículum le precede. Hace una semana volvía a demostrar el respeto que tiene por el género femenino, insultando de mala manera a Lydia Lozano en plató. Bien, la canaria hace tiempo que es una de sus víctimas predilectas. Otra que ha sufrido este acoso ha sido la hija de Amador Mohedano y Rosa Benito, Chayo Mohedano. Años de vejaciones, ataques y amenazas a la prima de Rociíto que han sido aplaudidos con las orejas en el programa de Jorge Javier Vázquez y Carlota Corredera, hoy en día abanderados absolutos de la lucha contra el machismo. El público, sin embargo, no conocía el contenido de las conversaciones privadas entre ambos. Tampoco su gravedad. Y es realmente horripilante. Chayo ha dicho basta y ha publicado un fragmento, en el que Kiko la amenaza con quitarle la custodia de sus hijos. Mohedano está harta, dispara contra Telecinco "sinvergüenzas, aprovecharon mi situación sentimental para machacarme como mujer" y lanza una súplica a Corredera: "tendedme una mano. No puedo más".
Si Mediaset fuera coherente, el futuro televisivo de Kiko Hernández sería negro, muy negro. Pero como es un protegido de la cadena e íntimo de la cúpula y los presentadores, es intocable. O no. Antonio David también pensaba tener bula divina, y ha acabado crucificado. Veremos qué pasa.