"Kiko Matamoros nos enseña su casa palacio del siglo XVII". Este es el titular de portada de la revista 'Lecturas', en la que el colaborador y su novia Marta López Álamo se vanaglorian de su nido de amor. El ejemplar ha provocado un importante alboroto en dos frentes: el primero, el plató de 'Sálvame'. Sus compañeros de programa le han dicho de todo, poniendo en duda el interiorismo, la comodidad y la utilidad del lugar. Matamoros, fiel a su estilo, les ha respondido con contundencia: "Paletitos", les ha llamado, mientras acariciaba un gato de peluche. 'Teatro del bueno', que diría José Mourinho.

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Kiko Matamoros gato peluche Telecinco

Kiko Matamoros acaricia un gato de peluche / Telecinco

Lo que no han osado hacer los tertulianos ha sido criticar otro detalle muy llamativo de la imagen, y que es un tema recurrente y polémico del espacio de Jorge Javier Vázquez: su aspecto físico. Laura Fa sabe como de espinoso es tratar este asunto. Ahora bien, no ha podido evitar que las redes lo pusieran a parir al considerar que Kiko lleva encima toneladas de filtros de 'photoshop'. Por muchas operaciones que se haga, no puede esconder el paso del tiempo y el desgaste físico a sus 64 años, y cada vez que lo vemos dando una exclusiva se presenta con un 'look' bastante irreal. Ahora bien, algunos tuiteros han exagerado la situación hasta el infinito y más allá, re-retocando la portada mofarse. Y más de uno todavía toma esta manipulación como la portada real. Hacemos la comparativa y leemos las críticas.

PORTADA REAL:

Portada Lecturas Kiko Matamoros

Portada 'Lecturas' Kiko Matamoros

PORTADA MANIPULADA:

Kiko Matamoros portada manipulada @gerflowers

Kiko Matamoros portada manipulada / @gerflowers

Kiko Matamoros antas y después @alexgmoral

Kiko Matamoros portada manipulada, antes y después / @alexgmoral

KIKO MATAMOROS AYER EN 'SÁLVAME':

Kiko Matamoros enfadado Telecinco

Kiko Matamoros enfadado / Telecinco

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La cara de Matamoros está en constante evolución, pero los milagros, 'a Lourdes'. Ahora bien, lo que no cambia por mucho bisturí es su mala leche. Y cuando le tocan el ego, la desata sin compasión. '¡Al loro'!