KIko Matamoros es una de las grandes estrellas de la actual edición de 'Supervivientes'. Por carisma, por experiencia televisiva y por sueldo, las cámaras siempre están pendientes de él. El colaborador de 'Sálvame', sin embargo, está respondiendo a las expectativas de forma un tanto penosa: su forma física no es la que era, y además los mosquitos han decidido zampárselo hasta los huesos. Un ecce homo. Ha sido nominado dos veces y se ha salvado, eso sí. El público quiere más Matamoros, ni que sea arrastrándose. Otra cosa es el resto de concursantes.
Aunque su movilidad sea parecida a la de un objeto inanimado, lo que no ha perdido es su gancho para la bronca, la discusión y el conflicto. Va acumulando peleas y polarizando al resto de compañeros de supervivencia: hay quien es su perrito de compañía... y los que no lo soportan. Tiene un carácter complicado, sobre todo si no le ríes las gracias o vas en su bando. Conmigo o contra mí. Como ha hecho toda la vida, sólo que ahora lo hace en bermudas y tostado por el sol en las playas de Honduras.
Unas playas paradisiacas que se han visto afectadas por un repentino problema de contaminación. Un escape tóxico. Chapapote biológico. Ya nos entendemos. Alguien decidió utilizar el agua del mar como retrete, dejando su residuo a la deriva. Su propietario confiaba en sus nociones sobre las mareas, que se han demostrado inexistentes. Y mira que es rato, porque es una persona que se vanagloria de saber de todo. Efectivamente, Kiko. Ahora bien, cuando las concursantes Marta Peñate y Desi chocaron con la boñiga acuática no dijo ni una palabra. Las chicas estaban estremecidas, muertas de asco.
El pastel, o pastelito, se descubrió durante la conexión con Jorge Javier Vázquez. Después del vídeo con la repetición de la jugada y la posterior investigación de los concursantes, el dedo acusador sólo apuntaba en una dirección. La de Matamoros. Confesó el crimen, pidiendo perdón pero clavando una pullita: "Es para devolver la que nos vino la semana pasada". Acto seguido, hacía de Juan Carlos de Borbón (habitual en el concurso): "Lo siento, me he equivocado, no volverá a ocurrir".
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Confirmado: hasta ahora el concurso de Kiko estaba siendo una cagada. Real. Sólo puede mejorar a partir de ahora.