No están siendo semanas fáciles para Kiko Matamoros: ha pasado de tertuliano estrella de 'Sálvame' al protagonista de broncas, humillaciones y mofas por parte de sus compañeros de trabajo. Su posición crítica con Rocío Carrasco ha cambiado su destino a Mediaset: se lo miran con otros ojos. De sabelotodo a quedar retratado como un ignorante. Por ejemplo, con su defensa de Rocío Flores apoyándose en las palabras de un polémico juez acusado de machismo aberrante: el magistrado Calatayud. Jorge Javier Vázquez se hartó y lo echó fuera del plató, mientras lo ridiculizaba sin compasión. La escena es una de las más vergonzantes de la dilatada carrera del madrileño en televisión, que es larga e intensa. Ha habido otras, pero ninguna de ellas tan contundente.
La mala racha no se ha acabado, ni mucho menos. Y durante la última emisión del show de cotilleo, ha recibido y bien por uno de sus múltiples tatuajes. Kiko, de 64 años, tiene el cuerpo lleno con todo tipo de diseños, frases e incluso, unas misteriosas coordenadas en su brazo izquierdo. ¿La localización de la Atlántida? ¿La del estadio Santiago Bernabéu? ¿Las instalaciones de Mediaset, donde pasa media vida? No. Hacen referencia a otro lugar que conoce bien: una discoteca de la que ha sido imagen pública, y donde conoció a su novia Marta López Álamo. Matamoros está enamoradísimo, y encargó a su tatuador que imprimiera los números que hacen referencia a su ubicación en Madrid. Precioso. Ella también los lleva, a pesar de que de forma más discreta. La sorpresa, sin embargo, ha sido de campeonato al descubrir que se trata de una chapuza monumental e internacional. Las coordenadas 'N 46º 46' 37'' E 6º 39' 26" no te llevan al 'Oh my club', sino a una pequeña ciudad suiza. Concretamente, a los arbustos de una urbanización. El problema: el meridiano de Greenwich. Lo descubrió Miguel Frigenti, que esta vez ha estado muy despierto. La cara de Kiko era un poema. "Voy a llamar a mis abogados", dijo. Denuncia en 3,2,1...
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Las modas y los tatuajes son puñeteros: tanta inscripción en chino, árabe o japonés, tantos dibujos extraños y desconocidos, tantas ocurrencias y disparates.. después pasa lo que pasa. Un ridículo que no se borra con jabón.