La vida de Kiko Matamoros se ha convertido en una montaña rusa de emociones. Sin embargo los últimos meses han ido en una única dirección para el representante y colaborador televisivo: la de bajada. Kiko ha quedado prácticamente ciego debido al glaucoma, ha sido fuertemente criticado por su hijo Diego, y la separación de su ex, Makoke, llena horas de televisión y portadas de revistas. Y precisamente, una entrevista en la publicación ¡QMDices!, realizada por su compañero de Sálvame Kiko Hernández, ha puesto a las claras el infierno que sufre Matamoros, que el sábado pasado estuvo a punto de sufrir un infarto.
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Horas antes de realizar la entrevista, Matamoros sentía un fuerte dolor abdominal y acudía a las urgencias de un hospital, donde le ingresaron con una tensión alarmante. "Pedía a gritos morfina por los pasillos", aseguraba Hernández a Sálvame, revelando que "abandonó el hospital por cuenta propia a las 3 de la mañana, cuando le bajó la tensión". Una temeridad que pone en evidencia el complicado momento que atraviesa Matamoros, que ofreció a la revista unas declaraciones incendiarias.
"No sabes las burradas que suelta", anunciaba Hernández en el plató de Telecinco. El tema central de la mencionada entrevista era la situación económica de Matamoros, una vez separado de Makoke y hundido por las deudas con Hacienda: "Nadie me va a tomar el pelo más, llevo dos décadas manteniendo a Makoke y a su hijo Javier y no me voy a comer el marrón con una deuda de cerca de millón y medio yo solo". Kiko confiesa que engañó a la Agencia Tributaria mientras convivía con la malagueña, pagando de forma irregular las dos casas que ahora pertenecen a Makoke."Como ella ha saldado su deuda y han venido a por mí, ya tengo la cita con Hacienda para declarar que esos dos bienes son míos, los oculté y que se los queden, se acabó la broma".
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El colaborador ha explicado que pidió su ex que vendiera las dos propiedades, pero que no lo ha hecho porque "“dice que no los quiere nadie y es mentira, no los quieren porque piden mucha pasta". Y dispara con bala contra Javier Tudela, hijo de Makoke, acusándolo de malgastar su dinero: "Ese dinero se lo han gastado todos en coches, viajes, fiesta, ropa...", definiéndolo como "un niño malcriado que instaló a su novia en casa sin permiso hace tres años y que se bebe mi vino: Ha vivido como Dios y casi toda su vida a mi costa"
Kiko Matamoros, según Hernández, ha tomado una decisión definitiva: "Es un jaque mate a Makoke, es como un quiero morir matando".