Kiko Matamoros está viviendo su peor pesadilla. Y es que por más que intenta evitarlo yéndose de vacaciones a la otra punta del mundo, y remodelándose todo el cuerpo, siempre acaba volviendo a quirófano. "Es un tema menor y creo que el viernes estaré ya en la calle. A partir de ahora espero que se acabe este calvario porque lo he pasado regular", declaraba Matamoros en Sálvame hace unos días.
También recalcó que,"hay una fuga de bilis y hay que instalar un catérer interno, además del que tengo colocado. Es bastante desagradable. Ese me lo quitaran en una semana y me quedaré con el interno unos meses".
Por suerte, el colaborador tiene alguien que le acompaña siempre, su pareja Marta López. Y es que parece que se están volviendo inseparables. Durante los días que estuvo ingresado en el hospital hace unos meses, Marta no se separó de él en ningún momento, y así lo dejó reflejado en su Instagram, también para hacer un poco de postureo.
Después de su viaje lleno de lujo y comodidades, los dos vuelven a entrar en al hospital en Madrid. Según parece, la vida no le está sonriendo del todo a Matamoros, pero él lo vive todo con positividad: "Mi "nueva realidad" 😂😂", publica en su Instagram con una foto de su cuerpo.
Y es que con todo lo que ha pasado y las operaciones estéticas que se ha hecho lo vemos muy cambiado.
Kiko está irreconocible, con 14 kilos menos y demacrado pero con la misma mala sombra. Unas declaraciones que él mismo ha explicado el porqué: "en 20 días me consumí, con suero antibióticos hospitalarios, la infección derivó y no podía consumir alimentos sólidos. Fue bastante difícil porque me debilité muchísimo".