El Día de la Madre es una jornada feliz para la inmensa mayoría de la sociedad. Pero, como todo en la vida, también tiene su cara B: la de hijos e hijas que mantienen una relación terrible con sus progenitoras. El mundo del cotilleo nos ofrece dos ejemplos paradigmáticos: el de Rocío Flores con Rocío Carrasco, y el de Kiko Rivera con Isabel Pantoja. Dos de las familias más conocidas del mundo del colorín comparten fama y guerra. La de los Rivera-Pantoja ha quedado eclipsada por el huracán Rocío, pero todavía colea. Y no da la impresión de que tenga solución. Ni se hablan ni tienen ninguna intención de solucionar sus problemas, básicamente económicos, aunque también hay un componente emocional importante. Ahora bien: Isabel Pantoja no se ha quedado sin el beso de felicitación de su "pequeño del alma". Un beso envenenado, eso sí.
Rivera ha celebrado este día en familia: la que forma con Irene Rosales, su mujer, y sus hijas. Ha colgado una fotografía muy tierna, los cuatro en la cama enviando besos al espacio virtual. Lo que ha sorprendido a todo el mundo es que una de las destinatarias era, precisamente, su enemiga número 1 desde finales de 2020: la madre. "Un beso para todas las mamás del mundo incluida la mía". ¡Alerta! La red se ha quedado de pasta de boniato frente a lo que muchos consideraban un acercamiento, hecho impensable después de todas las barbaridades que ha soltado durante meses en Telecinco. Los que confiaban en el poder mágico de este 2 de mayo, sin embargo, se han quedado con las ganas. El 2 de mayo continúa, pero en su versión madrileña y napoleónica: Rivera no tardaba demasiado en ampliar la publicación y acabar con cualquier esperanza. La bofetada tiene sustancia: "no espero ni quiero reconciliación ninguna. Solo que yo no tengo detalles tan feos, y tengo corazón que es algo que algunos Pantojas carecen". Patapam.
Imaginamos a la Pantoja cantando aquella canción popular española, que dice "madre no hay más que una... y en ti te encontré en la calle".