Kiko Rivera es el animador principal de la complicadísima familia Pantoja. Entendemos el término "animador" como a aquel que incendia, día sí, día también, las relaciones entre los miembros más destacados de la estirpe. Después de meses hundiendo a su madre Isabel por el tema de la herencia de Paquirri, la muerte de la abuela Ana obró una especie de milagro: los dos se reencontraban en la finca Cantora y se dejaba caer que habían firmado las paces. De hecho, los ataques furibundos del disc-jockey cambiaron de objetivo: ahora la mala era Anabel Pantoja, la prima influencer y colaboradora de 'Sálvame', que se casó a pesar del fallecimiento de la señora, enferma desde hacía años. El milagro, sin embargo, no ha sidotal. Más que milagro, ha sido un espejismo. Porque la realidad es que sigue sin hablar con su madre. Ni con su prima. Ni con su hermana. No habla con nadie de ellos, pero sí que habla de ellos. Y de qué manera.
Rivera llegaba al 'Deluxe' de forma más o menos sorprendente. Hacía meses que no se sentaba en aquel plató, y todo hacía indicar que sería de las últimas cosas que haría en su vida. Aquel ramalazo de ira contra reporteros de la casa, y manifestaciones contra Telecinco que seguro no hicieron nada de gracia a Paolo Vasile, por ejemplo. Ya, ya. Poderoso caballero es Don Dineroa. Kiko Rivera si hay una buena suma de por medio te hace un traje a medida de categoría. No tiene ningún tipo de vergüenza: cuando se trata de destruir a alguien de los suyos no hace prisioneros. Y últimamente tiene entre ceja y ceja a Isa Pantoja, la hermana. La detesta profundamente, y hace algo muy curioso: sacar todo el rendimiento económico de su odio.
La larguísima entrevista al personaje permitió tocar diferentes temas, que al fin y al cabo son todos lo mismo: "El mundo contra mí". Nunca tiene culpa de nada, nunca ha roto un plato, nunca ha levantado la voz ni ha dicho la burrada mayor que alguien pueda decir de sus seres "queridos". Todos le compran la moto, ya sea a través de exclusivas en las revistas o en programas de televisión como el de anoche. Hay que decir, sin embargo, que el tipo se prepara sus intervenciones, porque nunca, absolutamente nunca, se presenta en un estudio sin ir cargado de munición y disparando a diestro y siniestro. Algunas de estas balas son bombas nucleares de bolsillo, la verdad. Como continuar demonizando a la prima Anabel por llevar a cabo la ceremonia de la boda, porque lo que quería era cobrar la exclusiva y pegarse una fiesta. Asegura que, cuando él dijo que se volvía de la Graciosa para ir a ver a su madre, Anabel le dijo que no habría fiesta en la boda, "solo una misa en la iglesia y ya. ¡Y después veo a Belén Esteban con un camión y una copa en la mano!".
Ahora bien, lo peor es el repaso que hizo a Isa Pi, de la que dice que le importa un rábano que su abuela haya muerto. Atención a las frases porque son destructivas: "Ahora resulta que le da mucha pena. Hablemos claro: llevaba 8 años sin dirigirle la palabra, desde los 18. ¡Pero si he visto a mi abuela ahogándose y a ella al lado con el puñetero móvil, y no ha sido capaz de darle un vaso de agua!". Qué familia, de verdad. Dan mucho miedo.
Haz click en la imagen para ver el fragmento de la entrevista:
Llega un momento en el que ya no sabes si creerte alguna de las versiones o sencillamente apartar la vista del televisor para no salpicarte con un relato tan mezquino. En todo caso, en Telecinco están encantados. Cuanto peor, mejor.