Kiko Rivera miente totalmente. El DJ aseguró cuando sufrió el ictus que empezaría una nueva vida, mucho más saludable, así se lo recomendaron los médicos, pero no hizo caso. Durante la recuperación intentó hacer bondad, pero ahora que ha recibido el alta sigue siendo él mismo de siempre, sin importarle que su vida pueda correr serio peligro. El hijo de Isabel Pantoja fuma, come comida basura, no practica deporte, bebe y continúa de fiesta en fiesta.
El cantante ha publicado esta semana en sus redes sociales una fotografía donde se le puede ver mucho más delgado que de costumbre. Sin embargo, dado el ritmo de vida que lleva, muchos seguidores creen que es totalmente falso y realmente es una fotografía antigua.
El marido de Irene Rosales está muy pendiente de todos los comentarios, especialmente de aquellos que provienen de los temidos ‘haters’. Por ello, ha publicado una fotografía en directo donde enseña su cuerpo sin camiseta ante el espejo. Él se ve mucho más delgado y más saludable. Su mujer le aplaude. "Mi guapo", dice en la primera, la señalada como de otros tiempos, y "Estás aún mejor", comenta con la segunda.
La mala vida de Kiko Rivera le pasa factura en su matrimonio
El pasado 9 de febrero era un día importante para Kiko Rivera, soplaba 39 velas, y quiso celebrarlo por todo lo alto con una fiesta multitudinaria en su pueblo, Castilleja de la Cuesta (Sevilla), donde vive con Irene y sus hijos. Reunió a un total de 40 personas, y no faltó absolutamente de nada. Desde bebida hasta comida, y él mismo fue quien se encargó de amenizar la fiesta como DJ. Entre los invitados se encontraban algunas personas que habían atacado con dureza y crueldad a Isabel Pantoja.
La fiesta se alargó hasta la madrugada. Irene Rosales fue quien le dijo que le pusiera punto y final. Era tarde y las niñas estaban muy cansadas. Además, los vecinos de la zona tampoco podían dormir, el ruido era escandaloso. Él no cedió e Irene, muy enfadada, se lo pidió hasta en tres ocasiones, dándole ya un ultimátum. Según testigos presenciales detallan a Informalia, se produjo una fuerte bronca entre ellos.
Los invitados que todavía estaban presentes en la fiesta se marcharon inmediatamente al ver el cabreo de Irene Rosales. Parece que Kiko Rivera no es consciente de la realidad todavía. Estuvo a punto de morir y su mujer vivió esos días con el corazón en un puño. La colaboradora es quien le controla casi las 24 horas. Quiere que continúe con una vida saludable por su bien. Ahora que ha vuelto a su trabajo como DJ ya le ha dejado claro que no le va a pasar ni una más.