Este es el rostro de Kilian Sebrià justo después de despedirse de sus oyentes en Catalunya Ràdio. El punto final a 21 años en antena, siempre ligado a la información y a la franja nocturna de la radio pública del país. "He sido muy feliz. Os echaré de menos", han sido las palabras escogidas para sellar el fin de una era. Corto, directo y muy emocionante. Tanto que su expresión se ha visto afectada tras retirarse del micrófono, quitarse los auriculares, acomodar el cuerpo a la silla y contener un suspiro eterno. Todos los músculos faciales contraídos con la vida pasando por delante de sus ojos, mientras empezaba una sentida ovación de todos los que compartían estudio con el presentador de Igualada. Solo en aquel momento reacciona, saluda con la mano y les corresponde con besos al aire. Precioso y triste al mismo tiempo.
Triste porque la salida de Kilian no ha sido la mejor manera de cerrar su carrera de cara al público. Quizás no hay una forma correcta, justa y al gusto de todo el mundo, pero Sebrià merecía otro tratamiento. Es eso lo que opinan muchísimo de sus fieles, contrarios a la medida. Los movimientos en Catalunya Ràdio están ocupando muchos titulares estos días, hay cambios constantes. El de Ricard Ustrell cogiendo las riendas de 'El Matí...' y apartando a Laura Rosel ha sido la bomba de la semana. Antes había sido la de Kilian, un veterano de reputación contrastadísima.
El gesto final de Kilian Sebrià para cerrar su etapa en Catalunya Ràdio
La secuencia compartida por el programa que deja Kilian no solo refleja la despedida del periodista de la antena, también lo que ha hecho en petit comité. Su equipo ha visto cómo hacía un gesto muy simbólico y meticuloso. Se levantaba del asiento, cogía el micrófono y lo separaba de su soporte para proceder a desnudarlo. Literalmente. Le quitaba la espuma con el logo corporativo, levantaba el aparato como un trofeo de guerra y, cuando todos pensaban que se lo llevaba a casa (como la red de las porterías o las canastas de un equipo que se proclama campeón), lo deja triunfal sobre la mesa y mete el cobertor amarillo en su bolsillo. Su último recuerdo, un tesoro íntimo. La escena es muy bonita.
Las redes se despiden del periodista, una referencia durante dos décadas
La reacción de la red no podía más que confirmar una evidencia: Kilian se ha hecho querer. Amigos, compañeros, políticos, oyentes; todos le dedican palabras de homenaje, reconocimiento y afecto. La mejor medicina para combatir la tristeza de una salida no deseada, pero inevitable. Los tiempos cambian, los nuevos directivos hacen su apuesta. Hay sacrificios, muchos que no gustan. Le ha tocado a él pero se va por la puerta grande.
Gracias por todas las horas enganchados a la radio. Gracias por tanto, Kilian Sebrià.