El terremoto en las redes sociales ha sido de categoría. Kylie Jenner, hermana de Kim Kardashian y la segunda influencer con más seguidores del planeta Tierra (146 millones), acaba de protagonizar la portada de la mítica revista Playboy. "Nunca imaginé que lo haría", ha dicho la modelo y fan del catalán gracias a Rosalia. Una afirmación difícil de creer, si tenemos en cuentas los antecedentes familiares y la propensión a exprimir al máximo su imagen. Lo que sí que cuesta más es explicar la decisión de la revista a la hora de escoger la portada. De la anatomía de Jenner sólo encontramos una parte muy concreta, acompañada del conocido conejillo de la marca del difunto Hugh Hefner. De su rostro, famoso por todo el mundo, no tenemos noticias. Una estrategia repetida en fotografías interiores, y que es, cuando menos, desconcertante.
La revista para adultos volvió a enseñar el cuerpos desnudos de sus protagonistas después de un par de años de cambio en la línea editorial. No querían enseñar mujeres desnudas, con la supuesta intención de cambiar la forma en la que se utiliza el cuerpo femenino en este tipo de publicaciones. Una política que ya es historia, pero que en el caso de Jenner es confusa: Si esta portada no cosifica a las mujeres, que alguien nos lo explique mejor. Tampoco en otras instantáneas, incluso en la que aparece con su chico, la estrella del hip-hop Travis Scott. La cara de la joven, trabajadísima con multitud de productos de belleza, no parece importar mucho a la revista. Más bien, la cabecera hace lo que ha hecho siempre. Hay debate en redes.
Ahora bien, la portada acumula casi 6 millones de 'likes' en las redes sociales, y el número de adhesiones seguirá creciendo con el paso de las horas. Pero curiosamente, donde más ha triunfado la portada es en las webs de contenido pornográfico, donde el making of se ha convertido en uno de los vídeos del momento. Extraigan sus propias conclusiones.