Una noche en la ópera donde los hermanos Marx están en la platea. En el estreno de Faust de La Fura dels Baus en el Teatro Real de Madrid, el palco era monárquico con los reyes Felipe y Letizia presidiendo la inauguración de la temporada. Éxito apoteósico de la representación pero cuando sale la compañía a saludar, dos de sus integrantes lucen lazo amarillo en solidaridad con los presos políticos. Eran el escenógrafo Alfons Flores y el figurinista Lluc Castells. En platea gritos de "fuera, fuera."
Insólitamente, la noticia no es que la platea haga el ridículo y no respete que alguien se solidarice con la causa que quiera. Algunos digitales unionistas han titulado Dos lazos amarillos malogran el éxito de La Fura dels Baus.
Se ha llegado a escribir que La Fura dels Baus no tendría que actuar en Madrid. Llaman "catetadas de la España más rancia" a... La Fura dels Baus!. No es extraño que parte de la platea pataleara contra la libertad artística y la otra. Entre los VIPS que se vistieron de gala no sólo estaban Albert Rivera y pareja, recibos en la puerta por Jaime Peñafiel, sino los habituales de la derecha. Quizás va por ellos aquello de España rancia:
El mito de Faust explica un pacto con el diablo. Ya no es que Lomana o Preysler crean que su cara operada es por un pacto con el demonio, o que a los políticos de derechas los importe un rábano la cultura y vayan a figurar con Letizia y Pedro Jota. Quien se ha vendido el alma al diablo es quien disfruta haciendo de carcelero.