La visita de Juan Carlos a España es historia. Con minúsculas, queremos decir. Historia pasada. El emérito ya ha vuelto a Abu Dabi, donde ha fijado su residencia oficial para no pagar impuestos, as usual. Y también por si, en algún momento, hay algún nuevo escándalo económico que podría amargarle sus últimos años de vida. Uno que evidentemente no sea investigado por los fiscales españoles, porque aquí tiene bula: la inviolabilidad. Con el Borbón otra vez en los Emiratos pasaremos semanas digiriendo el show infame que ha protagonizado durante el largo fin de semana en Sanxenxo. Y cuando menos te lo esperes, pam, ya lo volveremos a tener aquí haciendo de las suyas.
Bien, no seremos tan desagradecidos con Juan Carlos. Tenemos que reconocer que hemos disfrutado bastante con su periplo. Daba vergüenza y dejaba la imagen del país tiritando, pero tenía sus momentos divertidos y ridículos. Va, venga, lo diremos: también es Historia. Un hecho que recordaremos durante mucho tiempo y que formará parte de la leyenda, la que sea, de la Casa Real española. Revistas, diarios, redes sociales y programas de televisión han seguido con mucho interés los pasos del señor. A menudo con interés promonárquico y devoción juancarlista, pero también algunos con espíritu crítico... e incluso, con todo el cachondeo del mundo. En la lista echábamos de menos a uno. El más alocado e irreverente: 'La Resistencia' de David Broncano y compañía.
Broncano es heavy metal cuando quiere, sí, pero su equipo no le va a la zaga. Reparten las bofetadas con una gracia, una mala leche y una profundidad que hacen pupa, mucha pupa. No es humor blanco, inocuo, blandito. Sin pasarse de la raya, sí, pero el revolcón es de primera. Juan Carlos ha sido su última víctima, imitando la fotografía más impertinente y lamentable de su excursión. Un desafío en toda regla justo el día antes de verse con la familia y mientras los periodistas le preguntaban precisamente por aquel rencuentro en Zarzuela: el emérito manchado por la corrupción haciendo el signo de la victoria, diciéndonos "he ganado, os fastidiáis", mientras hacía una mueca de Campechano, claro.
Pues bien, Jorge Ponce ha provocado un seísmo con las carcajadas de los espectadores que han visto el último programa de Movistar+, replicando esta imagen. La puesta en escena, genial: nadie se esperaba el gag. Llegó a plató arrastrando la puerta de un coche. Broncano, como todos, flipaba. Este objeto tan voluminoso era parte imprescindible del escenario del numerito, aunque quizás había pasado desapercibido. Pero cuando ha sacado una gorra roja del bolsillo, ha levantado los dos dedos de la mano y ha emulado la sonrisa del Borbón, todo cuadraba. Épico. La red, rendida.
Seguramente Juan Carlos ha vencido y puede continuar con su vida de rico y poderoso sin dar explicaciones ni pagar por sus fechorías. Pero verle marcharse es nuestra gran victoria. De momento.