Cada minuto que nos acerca a las 20:00 horas del 18-D la cosa empeora. No en el Camp Nou, donde miles de personas se concentran convocadas por el Tsunami Democràtic con motivo del Barça-Madrid. Más bien en los platós de televisión, con Cuatro y La Sexta haciendo barricadas informativas. Se mueren por que haya incidentes, lo desean con ganas. Josep Pedrerol incluso está haciendo un Ferreras, quedándose a vivir en las instalaciones de la cadena, invitado crónico en todos los programas de la parrilla. Un circo de siete pistas, con leones y elefantes de cartón piedra. Porque hay más violencia en un titular de La Sexta que en la suma de todas las personas que se manifiestan en Barcelona. Una de las tonterías más recientes e inverosímiles, la amenaza de "globos con líquido amarillo que explotarán contra el cesped". Un delirio indescriptible.

Mamen globos amarillos La Sexta

Imaginen si la creatividad de la cadena de Atresmedia roza el surrealismo, que incluso sus expertos en seguridad los desmienten. "Lo veo inverosímil", ha dicho Carles Quílez, conectado permanentemente con las fuerzas de seguridad. Los controles en los accesos son tan extremos que ve imposible que eso suceda. Y mira que tienen ganas. De hecho, Quílez ha explicado que los servicios de seguridad privada del estadio van armados con clavos y agujas para pinchar globos o pelotas de playa. "No esperaría un alud", ha rematado. Es igual. Intoxica, "que algo queda"

Los jugadores de Barça y Madrid han llegado al estadio. Nadie ha bloqueado la entrada. Sin problemas. El partido se jugará (siempre que no decidan suspenderlo durante el transcurso del match). El Apocalipsis será otro día. Pero Tsunami es malo, malo, malo. Y La Sexta, fantasiosos, fantasiosos, fantasiosos.