Que en Catalunya había ganas de El Foraster queda probado sobradamente con las descomunales cifras de audiencias conseguidas en su retorno a la parrilla de TV3. Un brutal 24,1% de cuota de pantalla y 679.000 espectadores acumulados. Una barbaridad. En nuestra casa, los lunes no eran lo mismo sin Quim Masferrer y la buena gente que se va encontrando por toda la geografía catalana. Finalmente, sin embargo, la espera ha valido la pena y el programa volvía con una nueva temporada donde los ingredientes de su secreto del éxito estaban bien presentes: gente maravillosa con ganas de abrirse y explicar sus historias de vida y Quim y su empatía con los vecinos del pueblo, sabiendo escuchar, reír con ellos y también, emocionándose y emocionándonos.

Para empezar temporada, Quim ha cogido el coche y ha ido hacia el Maresme, hacia Sant Pol de Mar, donde vivimos momentos hilarantes con algunos vecinos, como un hombre cuya casa da a la vía del tren, una mujer a quien le gusta "tocarse el higo" ahora que está jubilada, otra señora encantadora, una abuela de 98 años estupenda de la vida, que le pide que "como no oigo muy bien, mejor que no grites. Según quién habla no les entiendo. A Ramon Pellicer no se le entiende, quizás no vocaliza muy bien" o un campesino que reclama que en TV3 se haga un programa sobre los campesinos y campesinas, la agricultura, la ganadería y el campesinado catalán, 'Defender mi tierra'. Sensacional:

Pero con permiso de todos ellos, el que nos robó el corazón fue Salvador, pastelero, de las pastelerías 'Sauleda', que estaba esperando a su nieta. Antes de que ella llegara, fue sensacional lo que explicó... del rey emérito Juan Carlos. Dice que hace tiempo había unas regatas en Barcelona y le preguntaron si podía preparar unos ágapes dulces para los tripulantes del barco que ganó. "No me dijeron para quién era... era para el rey". ¿Y qué pasó con el emérito?: "Estuvimos hablando tres cuartos de hora... hasta que empezamos a explicar 'chistes'". ¿"Es bueno explicándolos"?, quiere saber socarrón Quim. Y Salvador, silencio cómplice, risa sagaz y "...tenía unas ganas de irme a la cocina otra vez", de la poca gracia que hacían los chistes.

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'El Foraster' en Sant Pol de Mar, con Salvador / TV3

Quien llegó fue su nieta. Está Salvador explicando que sacó adelante la pastelería con la ayuda de sus hijos, "Sandra, Xavi, Salvador y Jordi, que este es informático, no quiso ser pastelero". Y la nieta que estaba esperando, ¿es hija de uno de ellos?: "Esta es una parte un poco tristona... Mi hija mayor, Lisa, es la que murió. Ella hacía diseño gráfico en los Estados Unidos, ganó un Emmy. Cuando murió Lisa, Sofi, su hija, tenía un añito. La vida es así". Desde entonces, ha establecido una relación especial con su nieta. "Para mi cumpleaños, ahora cumplí 82, me hizo un escrito que me hizo llorar". Un escrito que también hizo llorar a Quim y a todos los espectadores. Sofi aparece en la plaza, "Hola yuyu"! que es como le llama. Sofía reconoce que fue la primera vez que veía llorar a su abuelo, y leyó qué le escribió:

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'El Foraster' en Sant Pol de Mar con Salvador y Sofía, abuelo y nieta que nos emocionaron / TV3

Quim se quedó sin decir nada. No hacía falta. Estaba todo dicho. Solo hacía falta emocionarnos y compartir el amor de un abuelo y una nieta que juntos han superado una pérdida tan dura como la de una hija y una madre. Salvador y Sofía, maravillosos. Por cosas como estas El Foraster es un programa imprescindible. Un retorno conmovedor.