La pancarta gigante de Joan Laporta a 200 metros del Santiago Bernabéu tiene ya un día de vida. Hoy por hoy, todavía no se ha informado de daños o intentos de sabotaje por parte de aficionados madridistas, al ver la cara del enemigo tan cerca de su templo. Una cara enorme, de 1000 metros cuadrados, una pesadilla más que considerable. El golpe de efecto del aspirante a volver a ser presidente del F.C.Barcelona es tan genial como perjudicial para su salud futbolera. Paradójicamente, mientras que millones de personas lo han visto a través de las redes y los medios, algunos vecinos del edificio en obras donde se ha instalado no se han dado cuenta de su existencia hasta que alguien se lo ha dicho. Uno muy concreto, más merengue que el escudo blanco y padre de un famoso muy famoso: Enrique Ortiz y López-Valdemoro, aristócrata y uno de los creadores de Bertín Osborne. Fue el propio cantante quien le informó de la "presencia", y el disgusto fue de Champions League.
Bertín ha explicado la anécdota en 'El Transistor' de José Ramón de la Morena, con buen humor y revelando algunos detalles sorprendentes. Primero: que quien le informó de todo fue Enric Masip, exestrella del Barça de balonmano y exdirectivo, del que dice que es uno de sus mejores amigos en Catalunya. "Me dice: El cachondo este ha puesto la lona al lado del Bernabéu. Me mandan la foto y digo: ¡Mecagüen la leche, es la casa de mi padre!". También tiene sintonía con Joan Laporta, al que escribe pidiéndole explicaciones. Según su relato, Laporta dice "se me ocurrió y consulté con los vecinos , 2/3 partes han dicho que sí". Bertín le replica: "Mi padre seguro que no". La siguiente llamada, a su padre, hecho polvo: "¿Qué me estás contando? A mí nadie me ha consultado. Llámale y dile que por qué ha hecho esto, si no podía elegir otro edificio". Se ve que el hombre cuando sale de casa lo hace siempre en dirección contraria a la lona, y no la había visto con sus propios ojos. El cantante y presentador también ha explicado que "la obra va para largo", por lo tanto tendrán Laporta para aburrirse.
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Dicen que hay que tener amigos hasta en el infierno. Quizás por eso Bertín, siempre tan visceral defendiendo los principales símbolos españolistas más carcas, se lo ha tomado con deportividad. Mejor este Osborne que su versión habitual.