Lara Álvarez, la presentadora del reaility de Supervivientes, ha cambiado su habitual sonrisa por una postura mucho más agresiva. La asturiana ha sacado las garras para defenderse de los ataques que ha recibido en Instagram, después de compartir una imagen en la que aparece rodeada por una familia de Cayos Cochinos, una de las localizaciones del programa en Honduras. Álvarez, que sostiene a un niño de corta edad en brazos con expresión de felicidad y rodeada de chiquillos, ha sido acusada de utilizar a las criaturas en sus redes sociales. La respuesta airada de la comunicadora ha sido contundente: "¿Que quite la foto? ¡La voy a enmarcar!"
La imagen de Álvarez había generado un auténtico terremoto entre el millón y medio seguidores de su cuenta de Instagram. Entre los millares de reacciones a la publicación, encontramos feroces críticas "privilegiada, no harías lo mismo en Alemania o Francia" y acusaciones de sufrir el síndrome "del salvador blanco".
La conductora del programa se ha tomado muy mal estas críticas, y se ha quedado a gusto: "Madre mía lo que hay leer...Llevo 5 años aquí, hablo de mi FAMILIA HONDUREÑA. Y me saco y pongo fotos con quien a mí me apetezca y esa persona quiera"
El debate sobre la conveniencia o no de la mencionada fotografía está abierto, pero el episodio demuestra que el carácter de Lara Álvarez está cambiando. De ser excesivamente cordial, blanda e incluso superficial, la presentadora está mutando en una persona mucho más vehemente, tanto en las redes sociales como en el mismo programa, donde ya le hemos visto molestarse y mucho con los concursantes cuando estos cuestionaban alguna de sus decisiones.