Probablemente en Telecinco molestaba emitir la nueva entrega de 'Las Campos'. Nos imaginamos a Paolo Vasile en su despacho pensando qué hacer de un programa que no sólo provoca vergüenza ajena, sino que además ahora queda del todo desfasado. Este tipo de aventuras estilo Teo va a los Estados Unidos o Teo va a Argentina, pero cambiando a un niño pelirrojo inocente por tres famosas rubias venidas a menos que sólo hacen que quejarse y que no les gusta nada ha vuelto a enseñar a un clan que ya es una caricatura de lo que algún día llegó a ser, especialmente la matriarca María Teresa.

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Pero además, ahora no tiene ningún sentido ver a madre, hijas y el novio de la madre yendo de la manita como si fueran el "Mr. Marshall" de la mítica comedia de Berlanga a quien el resto del mundo tiene que rendir pleitesía a su paso, cuando se sabe que Terelu está pasando por un complicadísimo momento, con la reproducción de su cáncer y la posible doble mastectomía. Porque mientras leíamos en Lecturas como pedía "que esta pesadilla acabe pronto", vemos en Telecinco cómo frivolizaba con las pesadillas de un país que para las Campos parecía del tercer mundo. Prepotencia, catestismo, soberbia y horterismo a espuertas. Una actitud que no pasó desapercibida para los espectadores:

"Chabelita maleducada, subespecie de Bob Esponja, borregas, catetas haciendo el subnormal, botijos horteras, un chulazo, una anciana lela"... Y son sólo los comentarios más suaves que ha recibido el trío la-la-lá en su visita a tierras argentinas. Un país donde muchos espectadores argentinos lamentaron la imagen que se daba durante todo el capítulo, como cuando visitaban el barrio de Boca. Cliquea en la foto para ver el vídeo:

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Eso sí, cuando de llenar el buche se trata, no hay peligro que valga. De hecho, tal y como le decía la hermana, "si en Buenos Aires hubiera un puesto de choripán en cada esquina, Terelu se hubiera comido un choripán en cada esquina". Y efectivamente, Terelu, a dos carrillos comiendo choripán como si no hubiera un mañana. Cliquea en la foto:

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Del resto de su periplo, constatar que la Campos y Edmundo Arrocet no duermen en la misma cama, y los sabios consejos de una madre a sus hijas: "Ponle los cuernos a un hombre y tienes hombre pá toa la vida"... No hay más preguntas, señorita.