Los policías españoles tomaron los alrededores del Congreso de los Diputados con la cara tapada, quemando pólvora, amenazando con "guerra", e incluso insultando y asediando a diputados ante la pasividad de sus compañeros y agentes antidisturbios. Es lo que le pasó, por ejemplo, a Laura Borràs, portavoz de Junts per Catalunya en Madrid. La exconsellera vivió una situación peligrosa, inaudita y vergonzante. Afirmar que el sindicato de agentes españoles son una facción ultra (armada, entrenada y pagada con los impuestos de todos los ciudadanos) ya no es una locura. Todos lo hemos visto, aunque algunos con otra mirada, explicando una película diferente. Que lo hagan cadenas privadas no sorprende. Que quien distorsione la realidad sea la pública TVE es para huir sin mirar atrás. "Jusapol defiende la equiparación frente al Congreso". Sí, claro. Pero olvidáis una parte importante de la historia, ¿verdad?.
La pieza dedicada por el informativo de Carlos Franganillo es la pura definición de sesgo. 2 minutos de fantasía periodística, en los que la cruzada de cables de los policías parece una tarde en un parque infantil. Ninguna mención a la persecución de exaltados a diputados independentistas o de izquierdas. Si llega a pasar en Catalunya, ya tenemos fragatas en el puerto y tanques desfilando por la Diagonal, rollo old school. Pero no. Son sus exaltados, y además, unos muy concretos. Herederos de gente como Tejero, Galindo, Pérez de los Cobos y tantos otros. Ahora bien, ni siquiera así conseguirán acoquinar a gente valiente como la Borràs, que lanza una nueva bofetada humillante a los servicios informativos del Pirulí: "se os olvida que hoy estos mismos policías manifestantes nos han intimidado, asediado, insultado y amenazado. Por lo demás todo bien". A dormir calentitos.
¿Estos eran los informativos del cambio? Pues vaya cambio. Ni con el 1-O se atrevieron a tanto. Esto es la España de 2020.