Laura Bozzo fue una de las concursantes que más revolucionó la pasada edición de Gran Hermano VIP. La presentadora peruana, siempre polémica, siempre sin pelos en la lengua, siempre sin dejar nunca indiferente, se ha caracterizado toda su vida profesional por ser un terremoto televisivo, por abroncar en todo quisqui, invitados o compañeros de programa, por decir siempre lo que le ha salido del moño y tener un carácter, como mínimo, explosivo.
En GH VIP se las ha tenido con todo el mundo, algunas broncas descomunales, por ejemplo con Naomi, que la dirección del programa tuvo que cortar (""Es la segunda vez que nombras a mi madre. Te pido por favor y amablemente que no vuelvas a nombrar a mi madre", "¡Entonces no me metas en tus cosas!"). O con Yiya, con quien casi llegó a las manos y la dirección del programa tuvo que intervenir para que no llegara la sangre al río. O cuando se las tuvo con Michael, concursante italiano, amenazándolo con frases como “Te juro que agarro un cuchillo y le persigo por toda la casa”, o “lo voy a agarrar a este infeliz y lo voy a destruir”.
La presentadora es de las que pisa fuerte y tiene un carácter fuerte, pero lo que le acaba de pasar en pleno centro de Madrid la ha dejado helada, aterrorizada. Explica la presentadora qué le ha pasado en la plaza Tirso de Molina, cuando ha estado "a punto de ser asaltada en la plaza Tirzo de Molina centro de Madrid en un cajero". ¿Su reacción, después de ver qué estaba pasando?: "grité tanto que el ladrón se asusto y salió gente ayudarme de un café fue horrible pero todo bien ojalá haya más control policial en esa zona".
Un susto mayúsculo.