Laura Escanes es la gran protagonista del panorama audiovisual catalán. TV3 ha quedado enganchada con la influencer y ya le ha entregado las llaves de la casa: un programa muy visto y simbólico como las campanadas de Fin de Año. Su irrupción está siendo meteórica: su debut como presentadora con 'La Travessa' acaba de estrenarse en la nueva plataforma 3cat. No tenía experiencia previa en la materia, más allá de protagonizar vídeos en redes sociales, algunas entrevistas en televisión por su condición de famosa, y bien, importante: muchas horas entre bastidores de Risto Mejide, su marido durante los últimos años, viendo cómo trabajaba, tomando apuntes y cogiendo ideas. El máster lo hizo. Pero ahora que camina sola y muy soltera, tenía que enfrentarse a la práctica. Y entonces le ponían un reality de aventuras delante de las narices. Como para decir que no.
Tras la filtración y posterior confirmación de la bomba de las campanadas, el programa 'Col·lapse' de Ricard Ustrell en TV3 ha entrevistado a la nueva estrella de la Corpo, obteniendo sus primeras reflexiones en exclusiva. De ella y de quien hará de compañero, maestro y guía: Miki Núñez. El extriunfito de Terrassa tiene cierta similitud con Escanes, los dos vienen de un mundo externo al puramente televisivo. Eso sí, el cantante se ha consolidado con resultados fantásticos. Dos temporadas de 'Eufòria', unas campanadas... Miki triunfa. Y Laura quiere emularlo, claro. Así ha sido su conversación:
Tanamteix, Escanes no es sonreír con piernas. Trabajar en la Televisión de Catalunya está siendo un proceso incómodo. Su personaje la ha alejado de una parte del público tradicional que sintoniza TV3. Hay temas de fondo, lingüísticos, políticos, culturales e intelectuales. Es una estrella de su sector y eso tiene un precio a pagar. No todo el mundo te querrá, y muchos aprovecharán para criticarte... e incluso ponerte a parir. Desde el momento que se anunció que entraba en TV3, empezaron los palos. Y no la han abandonado en todo este periplo, también con el estreno de 'La Travessa' y la futura cita del 31 de diciembre. Ella, sensible por naturaleza, y que más de una vez ha manifestado que se había hundido anímicamente, acabó pagando la presión durante el rodaje. Fueron jornadas difíciles para todo el mundo. Ahora explica su versión.
"¿Qué tal eso de hacer de presentadora?", le preguntaba Ustrell. Dos resoplidos después, arranca: "Me ha costado, lo sufrí. Todo el equipo lo sabe, las primeras semanas fueron complicadas. Soy una persona que me culpo mucho, me veo todos los defectos posibles". Ricard: "Perfeccionista". Laura: "No sé si perfeccionista. Me afecta mucho lo que diga la gente, aunque vaya de que no, me afecta mucho. Estaba con la presión de quererlo hacer bien, pero encima, recibir tantos comentarios de '¿esta niña qué hace aquí?" Su expresión cambia, le hiere. El síndrome del impostor. Acabó llorando desconsolada durante días, en plena grabación: "Cada vez que hacía un texto, me giraba y me echaba a llorar. Venía el director y me decía 'Laura, que tú puedes, que tú puedes', que hemos confiado en ti'. ¡Y yo, ya, pero es que no puedo!" Pues sí que ha podido. Cuando menos, tiene una nueva oportunidad. Otros no disfrutan de la misma suerte.