Exponer tu vida en las redes sociales como influencer tiene consecuencias. De acuerdo. Pero una cosa es la crítica y otra muy diferente, tener que soportar conductas delictivas e intimidatorias. Y pasa cada día, a todas horas, sin control. La intensidad, frecuencia y virulencia de estos episodios puede variar dependiendo de la importancia del personaje y del numerito que sale junto al nombre de usuario: el número de seguidores. A más éxito, más acoso y más tarados. En el caso de Laura Escanes, por ejemplo, 1'9 millones. Una comunidad tan enorme en la que, por descontado, no todos son sencillos fisgones, ni fans entusiastas, ni hermanitas de la caridad. También hay monstruos abyectos. Gentuza. Es así.
Escanes está viviendo horas muy desagradables por culpa de esta lacra. Está acostumbrada a recibir odio, lo que los modernos conocen por 'hate'. Normalmente se lo traga con resignación, sin darle más importancia. Pero todo tiene un límite, y este se está traspasando con creces. La ex de Risto Mejide, actualmente emparejada con el cantante Álvaro de Luna, ha tenido que modificar su agenda diaria para hacer una visita a una comisaría. Un trance esado, pero necesario para poner freno a un abuso asqueroso. Exactamente cómo lo describe la víctima, "Asco. Miedo. Qué impotencia".
Escanes pide ayuda a la policía después de recibir mensajes de violencia extrema
El contenido de los mensajes que ha estado recibiendo Laura es de una bestialidad tan extrema que tenemos que advertir a nuestro lector. Los firma un personaje que no está fino, por la razón que sea. Pero ninguna circunstancia personal de este sujeto excusa su violencia, ni mucho menos. Son simplemente vomitivos. Hija de la gran puta, imbécil. Desgraciada. Has buscado la fama en Risto Mejide y te has aprovechado de Risto, hija de puta. Me cago en tus muertos, cabrona de mierda. Mala persona, niñata de mierda. que solo sirves para follar con personajes públicos". El payo tiene los bemoles de presentarse como defensor del presentador: "Le has hecho mucho daño hija de puta. Me cago en tus putos hijos, tipeja de mierda. O desapareces de Instagram o te hago desaparecer yo con una denuncia zorra". Pues mira: la denuncia la tendrá él, y de hacer desaparecer a Laura, recientemente galardonada en los Premios Ídolo, parece que tampoco. Dos de dos. Máquina.
El contenido de los ataques, vomitivo, explícito y delictivo. Toca hacer justicia
La cosa, desdichadamente, no queda aquí. El nivel nauseabundo no tiene límites. "Mecagüen tus putos hijos. Permítete que te viole. No vas a ver la luz del sol, te estrangulo con mis manos". La gravedad es extrema, normal que haya tenido que pedir ayuda a la policía. La cosa más curiosa, dentro de la demencia que rezuma el individuo, es el remate final : "Instagram es una puta mierda. Está lleno de putas famosas. Estoy arto (sic) de todas vosotras. Y estoy harto de vuestros putos fans". De encerrarlo y lanzar la llave el fondo del mar. Toca hacer justicia.
Más que de famosas y de fans, lo que es innegable es que las redes sociales están llenas de tipos peligrosos. Qué miedo.