Laura Fa es una de las periodistas más hiperactivas de Catalunya y del Estado español. La de Badalona está en todas partes: 'Sálvame', RAC1, TVE, la revista Lecturas o incluso la nueva 8tv. No para, sobre todo porque ni quiere ni le dejan hacerlo: todo el mundo la quiere en sus programas aportando informaciones y opiniones genuinas. Una agenda apretada que hace preguntarnos cuándo descansa, pero que nadie sufra: también lo hace. Cuándo necesita cargar las pilas o desconectar de las batallas de los platós tiene la mejor receta: pasar unos días en Port de la Selva, en el Alt Empordà. Allí tiene fijada su balsa de aceite personal, en un camping donde tiene todo lo que necesita. No es ningún secreto, porque ha hablado con creces de sus estancias en el Cap de Creus, pero todavía escondía algunos detalles.
Laura ha tenido que despedirse de todo esto al decir adiós al verano 2021, al que le quedan pocos días para poner el punto y final. Pasada la Diada, en Catalunya ha vuelto irremediablemente la rutina y la normalidad. Las escuelas, el trabajo, las vacaciones... Las publicaciones de la catalana desprenden aroma a nostalgia.
Como buena comunicadora e influencer, Laura Fa ha documentado el final del verano con un puñado de documentos visuales. Una puesta de sol a bordo de un barco, un chapuzón en el Mediterráneo para admirar el fondo marino, un paseo en tierra firme... Todo aquello que le hace decir "a veces me pierdo, pero aquí siempre me encuentro. Respirar hondo y resetear". También grabó los últimos momentos de su estancia en el camping, permitiéndonos ver el refugio donde toda su familia disfruta de los encantos de la zona. Una roulotte clásica y de dimensiones considerables, sin lujos aparentes pero con todas las comodidades. Después de semanas plantada en las instalaciones del recinto, se volvió a poner en marcha para, presumiblemente, pasar largos meses de espera encerrada en un lugar seguro, a la espera de una nueva oportunidad.
De hecho, Laura ya ha puesto en marcha en reloj y la cuenta atrás de cara al verano de 2022. "Hasta el año que viene", escribía antes de encender el motor del coche y recorrer las calles del municipio por última vez. Eso sí, siempre con un ojo puesto en el mar, la playa y la oferta de entretenimiento que conoce como la palma de su mano. Una dosis extra de energía antes de reencontrarse, ya definitivamente, con los Kikos (Jiménez o Matamoros) que pronto la sacarán de este estado zen y le harán desear que el calendario avance a toda velocidad.
El lujo también es esto: estar en el mejor lugar del mundo, con la mejor compañía y haciendo lo que te apetece a cada instante. Ella sí que sabe.